RIAD.- Después de décadas de lucha y protestas,
las mujeres sauditas ganaron una de las tantas batallas en favor de sus derechos y
este domingo,
por primera vez en la historia,
pudieron tomar un volante y conducir por las calles de su país.
El
24 de junio comenzó a regir el
levantamiento del decreto que prohibía a las mujeres sauditas conducir impuesto en el reino ultra conservador del Medio Oriente y abolido por el
rey Salmán bin Abdulaziz.
Cuando subí al auto lloré
Sentada al volante, una saudita espera con impaciencia que su teléfono suene anunciándole su primer cliente.
"Ya he llorado dos veces hoy", dice
Rim Farahat, mientras enciende el vehículo.
Farahat es una de las
primeras mujeres choferes de la empresa Careem, una compañía de transportes,
muy popular en Medio Oriente junto a
Uber, que había anunciado hace meses que
contrataría mujeres en Arabia Saudita cuando se levantara el decreto que no les permitía conducir.
"Esta mañana, cuando subí al auto, sentí llegar las lágrimas", confía Rim cuyo auto está repleto de botellas de agua fresca para sus futuros pasajeros. "Me detuve al borde de la carretera y lloré.
No podía creer que ahora podemos manejar (...) Es un sueño. Pensé primero que todo iba a suceder normalmente, que sólo entraría en el auto y saldría. Me sorprendió mi reacción", añade la saudita.
Las
mujeres representan el 70% de los pasajeros de Careem en Arabia Saudita, dice la compañía, un porcentaje elevado relacionado a la prohibición de conducir de las mujeres. Uber estima que su clientela femenina en el reino conservador alcanza el
80%.
El primer viaje de Rim llegó solo unas horas después de que terminara la prohibición. En las oficinas de Careem se celebraba el primer día de trabajo para mujeres como ella.
Rim Farahat es una mujer activa. Además de conducir trabaja con su padre como consultora, y sigue cursos de submarinismo junto con su hermana en Yedá, en el mar Rojo.
"Es mi primer viaje, estoy excitada con saber a quién voy a llevar y cuál será su reacción", añade. Su primera pasajera es Leila Ashry, una estudiante en medicina.
Al dirigirse al auto ve a Rim al volante, y salta de alegría en la vereda. Leila se apresura en hablarle apenas se abre la puerta. "No puedo creerlo", exclama Leila emocionada.
Mujeres al volante
Unas 2.000 mujeres se inscribieron para trabajar en Careem desde septiembre asegura Abdalá Elyas, su cofundador. Son todas sauditas, desde 20 a 50 años de edad. En tanto Uber prevé emplear mujeres en el otoño.
"Tenemos mujeres diplomadas, un máster. Tenemos mujeres sin diplomas. Algunas quieren hacerlo a tiempo completo, otras a medio tiempo para combinar con sus trabajos", añade.
La mayoría fueron contratadas antes de que rigiera la nueva ley, como Rim, y consiguieron sus registros de conducir en el extranjero, lo que les permite cambiarlo con una licencia saudita.
"Una se siente automáticamente más segura (...). Como mujer enfrentamos a diario el sexismo", dice Leila asegurando que siempre elegirá a una mujer para que la lleve.
"Antes me miraban a veces por el espejo", cuenta Leila, recordando algunas experiencias con hombres conductores. Entre mujeres, "entendemos lo que es estar en esta posición cuando nos miran, sin que podamos decir o hacer nada".