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Pagar camareros es muy caro: En cada vez más restaurantes en San Francisco los clientes son sus propios mozos

Algunos locales han dejado de contratar empleados para abaratar costos, dejando que los mismos comensales se sirvan y elijan su comida.

27 de Junio de 2018 | 16:00 | Redactado por Camila Reyes, Emol
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El restaurante Souvla en San Francisco.

The New York Times
SANTIAGO.- Una nueva política económica implementada en la ciudad de San Francisco, está cambiando lo que hoy se conoce como restaurantes. En lugar de esperar sentados a que les sirvan su plato de comida, ahora los clientes de algunos locales de comida en la ciudad de California, se atienden a sí mismos y se transforman en sus propios camareros.

A raíz del alza en el precio de los arriendos y la mano de obra en la ciudad estadounidense, algunos locales han debido tomar medidas drásticas y abaratar costos dejando de contratar mozos. El Souvla, un restaurante griego ubicado en la calle Hayes en San Francisco, es un ejemplo de ello.

"Souvla fue el comienzo de toda esta nueva avalancha de cosas que en todos los sentidos se parecen a un restaurante de servicio completo: una bonita decoración, buena carta de vinos, sabrosas y saludables comidas (...) Pero es tomar un número e ir a la mesa", dice Gwyneth Borden, directora ejecutiva de la Asociación de restaurantes Golden Gate a The New York Times.

Los clientes hacen el trabajo


Souvla tiene un pequeño, pero atractivo menú. El local de comida sirve carne asada en un sándwich o en una ensalada, disponible con sus especiales aliños y con una copa de vino griego.

Sus platos y acogedora decoración en ocasiones hacen olvidar que es el cliente el que hace la mayor parte del trabajo, según recoge el medio estadounidense. La tarea es de cada comensal: buscar la mesa, llenar el vaso de agua o rellenar la copa de vino.

Estos restaurantes "híbridos", se están extendiendo a otras ciudades en donde la vida es cara y se ajustan a lo que los analistas dicen que es la creciente demanda de opciones gastronómicas más flexibles.

En un principio los dueños de los restaurantes estaban preocupados de los mandatos de los empleadores y los costos de su vivienda en la ciudad. Pero según Charles Bililies, encargado de abrir el primer local de Souvla en 2014, la situación debía cambiar.

"Podemos sentarnos por aquí, y podemos quejarnos, y gemir", dijo el Bililies al NYT. "Podemos ser muy negativos acerca de esto. O podemos darle la vuelta a esto y ver una oportunidad", concluyó.
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