SANTIAGO.- El destino parecía estar de su lado. James Rynerson no lo podía creer cuando caminaba por la puerta de la cárcel del condado de Mesa, en Colorado, hacia la libertad. Un error en los registros y un fallo en el actuar de sus carceleros le permitieron fugarse de la prisión, pero no contaba con que su propia esposa sería la que lo llevaría de vuelta tras las rejas.
Rynerson, de 38 años, se encontraba desde hace un tiempo privado de libertad,
a la espera de un juicio por los cargos de conducta desordenada, comportamiento amenazante y allanamiento, según informó The Daily Sentinel, citando un informe de la corte.
Pero su rutina diaria cambió cuando
llegó temporalmente hasta su celda Marvin March, de 35 años, quien sería pronto puesto en libertad.
La propia celda de March estaba en reparaciones, así que la idea era que regresaría pronto a su sitio, a la espera de su liberación. Todo bien, salvo que el día que March volvió a sus aposentos, nunca se comunicó en los registros de la prisión.
Los carceleros llegaron entonces a la celda de Rynerson, creyendo que era March y le dijeron que su esperado día había llegado. Rynerson, por su parte, no lo pensó dos veces y aprovechó la instancia para hacerse pasar por el otro preso; aceptó la entrega de la documentación, tarjetas de crédito y ropa de March y hasta firmó en nombre de este último el documento que acreditaba su salida del recinto penitenciario. Era libre y nadie se dio cuenta del error hasta que el desafortunado March comenzó a preguntar que cuánto tiempo más tendría que esperar para salir de prisión.
Los nuevos cargos
Rynerson puedo ver la cara de sorpresa de su esposa, cuando esta lo encontró en el estacionamiento del complejo de edificios donde vive. Sin embargo, la mujer no lo apoyó en su escape.
“(Ella) le dijo al recluso Rynerson que tenía que entregarse después de que él le informara que había salido en libertad bajo el nombre de otra persona”, dice el informe de la corte. “(Pero ella) lo convenció de regresar y personalmente lo llevó de vuelta al Centro de Detención del Condado de Mesa".
“Apreciamos que ella reconociera que él estaba en un error, y que le recomendara que se entregase antes de que todo se convirtiera en algo peor”, señaló el sargento Henry Stoffel.
March fue finalmente liberado. Se le devolvieron sus documentos y una chaqueta de cuero, aunque se le debió pasar un cheque de reembolso por la ropa suya que Rynerson no devolvió.
El aventurero recluso, por su parte, fue informado la semana pasada de que enfrenta nuevos cargos como resultado de su corta vida de libertad: fuga, suplantación de identidad y robo.