Blessing usó dos pistolas que tenía escondidas en los bolsillos de su bata.
Pantallazo CBS News
WASHINGTON.- Sentada en un sillón reclinable, así encontró la policía a Anna Mae Blessing cuando entró a la casa que habitaba para arrestarla este lunes. En el inmueble yacía el cuerpo sin vida de su hijo, a quien esta mujer de 92 años le había disparado horas antes.
Anna Mae, residente de Arizona, se enfrenta ahora a los cargos de asesinato, asalto y secuestro después de usar dos viejas pistolas que tenía escondidas en los bolsillos de su bata para acabar con la vida de su hijo, Thomas Blessing, de 72 años, y así evitar que este la ingresara en una residencia de ancianos, informaron medios de EEUU.
Después de disparar contra Thomas, con quien vivía desde hace unos seis meses, la anciana apuntó a la pareja de éste, quien forcejeó con ella hasta que la obligó a dejar caer las armas, momento en el que aprovechó para escapar y llamar a la policía.
"Por lo que parece, había estado pensando en hacerlo durante algunos días, debido a la disputa existente entre ambos por la intención del hijo de ingresarla en una residencia", declaró el sargento de policía del condado de Maricopa Bryant Vanejas al canal local KPHQ.
Al llegar los agentes y encontrar a la anciana en su sillón, esta les dijo que su intención era quitarse la vida después de lo ocurrido y que merecía ser "puesta a dormir" por lo que había hecho.
Sin embargo, Anna Mae Blessing no mostró ningún arrepentimiento cuando fue escoltada a la comisaría. En ese momento, según recoge la prensa, Blessing gritó: "¡Me quitaste la vida, así que yo te la quité a ti!".
