Wendschuh espera lograr que su cantidad de THC por botella, sea equivalente a los grados de alcohol de una cerveza cualquiera.
Reuters
SANTIAGO.- Creando una alternativa al alcohol, ese brebaje que ha acompañado al hombre por siglos y siglos, Dooma Wendschuh cree que cambiará el mundo, y por eso se mudó de Miami a Canadá cuando supo que los futuros planes del gobierno del Primer Ministro Justin Trudeau, contemplaban la legalización de la marihuana para su uso recreacional.
Ese día llegará el próximo
17 de octubre, y para ello, Wendschuh y varios empresarios se han puesto a trabajar para ganarse un lugar en un mercado que estiman, generará millones de dólares canadienses.
Respaldado por la empresa Province Brands, en Toronto, Wendschuh comenzó a trabajar en un
producto que "pegara" como el alcohol, pero que no tuviera este componente generado de la fermentación. Y utilizando el tallo y las raíces de la planta de cannabis, se puso a hacer las mezclas necesarias para dar con su ansiada bebida.
Al comienzo, según cuenta, los resultados no eran buenos y obtuvo como resultado brebajes con sabor a brócoli podrido. Pero con la ayuda de un químico, logró encontrar la combinación perfecta de lúpulo, agua, levadura y por supuesto, cannabis.
Tras eliminar todo el alcohol que se produjo en el proceso, consiguió una cerveza sin alcohol, sin gluten y con los efectos relajantes y recreacionales de una bebida alcoholizada.
"El sabor es seco, salado, menos dulce que un típico sabor de cerveza", dijo Wendschuh a The Guardian. "La cerveza te pega muy rápido, algo que no pasa generalmente con la marihuana comestible", agregó acerca de su producto, del que espera lograr que su cantidad de THC por botella, sea equivalente a los grados de alcohol de una cerveza cualquiera.
Si bien cree que es más saludable que el alcohol, Wendschuh advirtió que el consumo de su cerveza de cannabis debe ser con responsabilidad. "No deberías beberla cinco veces al día, ni a primera hora cuando te levantes por la mañana", aconsejó.