El trabajo no pudo terminarse, debido a las quejas del hombre por el dolor que le producía la aguja.
Captura The Huffington Post UK
SANTIAGO.- "Es horrible aprovechar la situación de una persona vulnerable y pensar que tirando un poco de dinero tendrás un poco de rápida diversión", alegó Karen Cowles, presidenta de los comerciantes británicos de Benidorm.
En este
balneario español del Mediterráneo ocurrieron los hechos que recientemente han indignado a muchos, luego de que un
grupo de hombres británicos, que celebraban una despedida de soltero, supuestamente le pagaran a un indigente para tatuarse en la frente el nombre y la dirección del novio.
Según indican medios ingleses y españoles, se trataba de un grupo de cerca de 30 amigos que, tras salir de un bar, se toparon con Tomek, un hombre en situación de calle que vive en Benidorm. Y
prometiéndole que le pagarían 100 euros ($74.799), lo llevaron donde un tatuador para que escribiera en su frente
"Jamie Blake, North Shields, N28".
El trabajo no pudo terminarse, debido a las quejas del hombre por el dolor que le producía la aguja. No obstante, el local subió la foto de Tomek siendo tatuado, pero debió borrarla poco después debido a la ola de críticas que recibieron de usuarios que alegaban falta de ética y la humillación que significaba el hecho.
Con los datos de su nombre y dirección no fue difícil que los medios contactaran al novio de la despedida de soltero, Jamie Blake, quien aseguró desconocer lo que había pasado, hasta que se enteró por la prensa.
Asimismo, dijo que estaba viviendo una "pesadilla" y negó que Tomek fuera indigente. Sin embargo, varias personas, incluyendo Karen Cowles -la presidenta de los comerciantes británicos-, aseguran que es un hombre sin hogar conocido en el balneario.
A pie de Polonia a España
Cowles describió a Tomek como una persona enferma y alcohólica que vive en la playa. Según indicó a El Mundo, en la foto difundida se le puede ver un ojo morado, producto de una golpiza de la que había sido víctima la noche anterior, cuando le robaron lo poco que tenía.
Según dijo,
Tomek tiene 32 años y llegó caminando cerca de 2 mil 700 km desde Polonia hasta España, después de terminar una relación amorosa. Debido a esta travesía,
sufre dolores en la espalda que le dificultan el andar.
"Lo que le han hecho a este hombre es totalmente inhumano y parecido al abuso. Estoy impactada de que un grupo de hombres adultos se aproveche de alguien en una posición tan vulnerable.
Han dejado un ser humano marcado por el resto de su vida", alegó la mujer en The Huffington Post.
La británica, casada con un tatuador, criticó además la actitud de sus compatriotas, al igual que la del local que accedió a tatuar a Tomek; y junto a otros artistas del rubro decidió abrir una campaña en internet para reunir dinero y ayudar al polaco a hacerse un tratamiento para borrar el tatuaje.
"Estaba avergonzado cuando me acerqué a él, porque estaba cubierto de arena por haber dormido en la noche en la playa", contó Cowles. “Le dije: 'voy a tratar de hacer algo para ayudarte'. Y él me tomó la mano, la besó y me dijo: 'Eres un ángel'".
