Collman II se encuentra en prisión y arriesga 40 años de cárcel.
Captura The Washington Post
SANTIAGO.- Curtis Collman III murió el 21 de junio, en Seymour, Indiana (EE.UU.). En su funeral, sonaba la música de Bob Esponja, el dibujo que tanto le gustaba. Quienes asistieron al entierro no solo sufrían por la muerte de este niño de 8 años, sino que también por la forma en que dejó este mundo, con una sobredosis de metanfetaminas y sufriendo durante cuatro horas mientras su padre se negaba a llamar al 911.
El progenitor, Curtis Collman II (41), ahora enfrenta varios cargos, como
negligencia con resultado de muerte, intimidación y posesión de metanfetamina, entre otros, y en los últimos días se publicó en la prensa estadounidense parte de su declaración a la policía, revelando los dramáticos momentos que vivió el menor antes de fallecer.
Según el hombre, ese 21 de junio,
el niño lo despertó, diciendo que tenía hambre, pero Collman II le dijo que no había nada para comer y volvió a dormir. Más tarde, el menor
lo volvió a despertar pero actuando de forma extraña; con movimientos raros y "hablando con su hermano que no estaba ahí".
El pequeño tenía fiebre y mucha sed, se agarraba la cabeza y rasguñaba su propia cara, lo que llevó a Collman II a llamar a una amiga para que lo ayudara.
Tal como indica The Washington Post, la mujer observó al niño y recomendó que lo llevara a un hospital, pero Collman II se negó. La declaración de la amiga a la policía local indicó que cuando ella intentó llamar al 911, el hombre le quitó el teléfono, señalando que no quería volver a la cárcel –debido a su historial delictivo y a la posesión de drogas en el hogar- e incluso la habría amenazado con un arma, asegurando que la mataría.
Más de 180 veces el límite letal
Collman II llevó luego a su hijo a la casa de sus padres, una tarea que se le dificultó debido a la rigidez del cuerpo del menor. Una vez en el hogar de los abuelos, lo dejó en el suelo, mientras el niño hablaba cosas sin sentido, indicó la abuela paterna.
La mujer también señaló que cuando intentó llamar al 911, Collman II salió de la casa y regresó "histérico, llorando y actuando como loco", diciendo que iba a quitarse la vida.
Cuatro horas habían pasado desde que se cree que el niño ingirió las drogas, hasta que puso ser atendido en un hospital, donde finalmente fue declarado muerto por intoxicación aguda por metanfetamina, informó The Washington Post.
Las autoridades han señalado que la víctima tenía más de 180 veces el límite letal de la droga en su torrente sanguíneo.
Un dato no menos triste es que la policía informó que cuando ingresó a la casa de los Collman, no había electricidad. Parte de la droga estaba sobre un plato de vidrio, y se cree que a falta de luz, el niño pudo confundir los cristales con migas de cereal.
Collman II se encuentra en prisión y arriesga 40 años de cárcel si es declarado culpable de todos los cargos que se le imputan en un juicio programado para el 4 de diciembre.
