El aceite de coco es casi un 82% de grasa saturada y es por eso que los entendidos recomiendan usarlo fuera del cuerpo, por ejemplo en el cabello o la piel.
El Mercurio (archivo)
SANTIAGO.- "El aceite de coco es veneno puro (...) Es uno de los peores alimentos que se pueden consumir".
La afirmación fue hecha por Karin Michels, profesora de la Harvard T.H. Chan School of Public Health, durante su intervención en una conferencia en Alemania. Su exposición, que se extendió por 50 minutos, se titulaba precisamente "Aceite de coco y otros errores nutricionales".
Michels, quien también es directora del Instituto para la Prevención y Epidemiología Tumoral de la Universidad de Friburgo, aseguró que no existen estudios que demuestren los supuestos beneficios para la salud que tiene el aceite de coco.
De hecho, la académica afirmó que el producto, que durante los últimos años goza de gran popularidad, es más peligroso que la manteca de cerdo, porque contiene casi exclusivamente ácidos grasos saturados, que pueden obstruir las arterias coronarias.
En junio de 2017, la Asociación Americana del Corazón (AHA, por su sigla en inglés) ya había recomendado a las personas evitar las grasas saturadas contenidas en el aceite de coco, ya que aumentan el colesterol "malo".
"Debido a que el aceite de coco aumenta el colesterol LDL, una causa de enfermedad cardiovascular, y no tiene efectos compensadores favorables conocidos, desaconsejamos su uso", declaró en esa oportunidad la entidad.
Según Frank Sacks, principal autor del estudio de la AHA, el aceite de coco es casi un 82% de grasa saturada, porcentaje muy superior al que presentan otros aceites. Por eso, su recomendación fue usarlo "fuera del cuerpo", en el cabello o piel, y no dentro de él.
Según informó Business Insider, en su intervención, Michels también se refirió a otros productos considerados como "súper alimentos", tales como el açaí, las semillas de chía y el matcha. Respecto a ellos sostuvo que aunque no son perjudiciales para la salud, sí son ineficaces, ya que aportan nutrientes que también están disponibles en productos más accesibles como las zanahorias, las cerezas y los damascos.
"Estamos bien y suficientemente abastecidos", aseguró.