Los condenados admitieron haber subido al tren para que sus aves "volaran" más rápido y ganaran la carrera.
Reuters
BEIJING.- Dos chinos involucrados en el deporte de las carreras de palomas -que mueve grandes sumas de dinero en China- han sido condenados por intentar engañar a sus competidores subiendo a un tren de alta velocidad, con los pájaros escondidos, para llegar antes a la meta, informa hoy la prensa local.
Los condenados, apellidados Gong y Zhang,
fueron sentenciados a tres años de cárcel -aunque se les ha concedido libertad condicional- después de haber escondido a sus palomas en cajas de leche para subir con ellas a un tren bala y
viajar 750 kilómetros hasta Shanghái (este), donde estaba la meta, según relató el diario Legal Daily.
Los organizadores de la carrera, con salida en la ciudad de Shangqiu (centro del país) comenzaron a sospechar cuando los cuatro pichones de
los dos entrenadores coparon los cuatro primeros lugares de la competición, con lo que Gong y Zhang se llevaron
premios por el valor de un millón de yuanes (unos 98 millones de pesos).
Los dos condenados admitieron haber usado la red ferroviaria china para que sus palomas "volaran" más rápido que otras, y devolvieron el dinero ilegalmente obtenido en el juicio, lo que no les libró de una multa, destacó el rotativo.
Para colmo, Gong y Zhang están acusados de haber quebrantado otras reglas de la competición usando palomas de más de un año, frente a las jóvenes tórtolas de sus rivales.
La carrera de la discordia se disputó el pasado mes de abril, y según Legal Daily los dos estafadores tardaron un año en urdir su plan.
Domaron a las palomas para que en lugar de volar desde Shangqiu hasta Shanghái hicieran un alto en el camino en un lugar donde ellos las esperaban secretamente para esconderlas y subir con ellas al tren.
Las palomas de este tipo de carreras, especialmente populares en la metrópolis shanghainesa y alrededores, pueden alcanzar vertiginosas velocidades de vuelo de hasta 150 kilómetros por hora, aunque no suficientes para alcanzar el ritmo de los trenes bala chinos, que pueden llegar a los 350 km/h.