SANTIAGO.- Los habitantes del centro de Calama fueron testigos durante cinco años de la transformación de un
sitio eriazo y polvoriento, en un
colorido hotel que no deja a nadie indiferente.
Todo partió en 2013, cuando empezaron a llegar los primeros
contenedores dados de baja por navieras y que fueron comprados en remates, hasta completar 178. Éstos, a punta de trabajo físico, maquinaria y martillazos para enderezarlos, fueron dando forma a un hotel de siete pisos, que ya entró en funciones y cuya inauguración oficial será en octubre.
Se trata del Hotel Modular Express de Calama (de la cadena de Hoteles Manquehue), que por deseos de sus dueños, se instaló en la capital minera no sólo con el propósito de brindar una cómoda estadía a sus pasajeros, sino que también con el fin de
reducir lo máximo posible su impacto en el medioambiente, para así sumarse a los emprendimientos sustentables que hoy son altamente valorados.
"Estamos muy orgullosos de ser el primer proyecto de ingeniería realizado con container en altura, lo que nos convierte en el único hotel en Chile de 7 pisos con este tipo de construcción y que por sus características permitirá posicionarlo como un hotel de bajo costo con servicios funcionales", explicó el fundador y director de Hoteles Manquehue,
Francisco Cabello.
Para cumplir con el objetivo de ser sustentables, durante la construcción se buscó contaminar lo menos posible, poniendo especial cuidado en el reciclaje de materiales usados. Además, para reducir el consumo energético no se implementó aire acondicionado. En cambio, se optó por revestir la estructura del hotel con un material aislante que protege el interior del frío y del calor.
"Se realizó un estudio térmico que incorpora la variación de temperatura del día y la noche y gracias a un novedoso sistema de ventilación convectiva se logra una temperatura de alrededor de 21 grados", señaló el gerente general de Hoteles Manquehue,
Abner Cayul.
Aunque el modelo de negocios está orientado a los viajeros relacionados con el sector minero y a jóvenes turistas, el diseño también está concebido para cubrir las necesidades de los pasajeros que gustan de un estilo de vida moderno, de calidad y siempre cuidando el entorno a través de
prácticas sustentables, añadió el gerente.
Respecto de los llamativos colores del edificio, que cuenta con 167 habitaciones, Cayul contó que el color lila era el único exigido por el dueño de la cadena que cuenta con cinco hoteles, ya que ese era el nombre su madre.
El costo del hotel ascendió a 270.000 UF, sostiene Cayul, agregando que "esta última apertura fue un gran desafío y estamos orgullosos de los estándares de sustentabilidad conseguidos". Los otros hoteles de la cadena están ubicados en Santiago, Puerto Montt y Rancagua.