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Holanda discute sobre la polémica afición por la caza del rey Guillermo

Un terreno que pertenece a la corona, pero que es mantenido con dinero estatal, cierra todos los años sus puertas al público por más de tres meses para que el monarca pueda practicar una de sus actividades favoritas, según la prensa europea.

20 de Septiembre de 2018 | 17:10 | Redactado por Ángela Tapia F., Emol
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La reserva natural Kroondomein Het Loo se cierra al público desde el 15 de septiembre hasta el 25 de diciembre, anualmente, para que Guillermo pueda cazar.

Reuters
SANTIAGO.- "Manejar la fauna", así se describe en los documentos reales de la corona holandesa la actividad que cada año realizaría el rey Guillermo en una reserva natural, la que es cerrada todos los años únicamente para que él pueda practicar su criticada afición, cazar. Pero parlamentarios y hasta una ministra han puesto sus reparos y quieren que esto cambie.

El sitio en sí es una zona de la reserva natural Kroondomein Het Loo (algo que podría traducirse como "bosque que es dominio de la corona"), que se cierra al público desde el 15 de septiembre hasta el 25 de diciembre para que Guillermo pueda cazar.

Pero autoridades como la ministra de Agricultura y Naturaleza, Carola Schouten, han solicitado al Parlamento que este lugar esté abierto durante el otoño boreal, incuso en la temporada de caza, a todo el público, y que no sea de uso exclusivo del rey y su familia.

Según cuenta la prensa europea, como El Mundo, la tradición real indica que cada martes de septiembre, el rey holandés desfila por las calles de La Haya para inaugurar el año parlamentario de los Países Bajos, y luego invita a algunos cercanos a una "fiesta" de caza en la reserva, ubicada en el municipio de Apeldoorn, a unos 100 kilómetros de Ámsterdam. El blanco suelen ser ciervos y jabalíes.

"Oficialmente, se supone que el cierre (de la zona) da un respiro a la fauna, pero en realidad es para cazar", ha comentado al respecto Harry Voss, otrora concejal del Partido para los Animales en Apeldoorn.

En dicha reserva se levanta el palacio Het Loo, que fue residencia de la reina Guillermina, bisabuela del actual rey. La monarca cedió "al pueblo holandés" todo el terreno (que tiene unas 10.400 hectáreas) en 1959, pero siempre y cuando la corona conservara su derecho a disfrutarlo, señaló El País. Por esto, Guillermo recibe del Estado un presupuesto como subsidio para su mantención.

"Nos parece raro que el Gobierno costee la conservación, y luego lo cierre al público para divertimento del rey", alegó la diputada animalista Femke Merel, quien ha exigido en los últimos años que el parque esté abierto para todo el público, para evitar que los reyes "sigan matando" animales.

Por su parte, el gobierno asegura que esto se trata de un asunto de la corona y ha evitado pronunciarse con mayor profundidad en el debate.

La caza y la monarquía parecen seguir ligadas a lo largo de las décadas, pese a las críticas de animalistas y organizaciones.

El año 2016, PETA lamentó que los príncipes herederos de Dinamarca, Vicente y Josefina, entonces de 5 años, posaran en fotos junto a aproximadamente 40 animales muertos, que fueron cazados en la tradicional batida de ciervos de la casa real danesa, llamada "la cacería de Grib".

Otro hecho, y que fue más polémico, fue la imagen de 2012 del rey emérito Juan Carlos de España, donde aparece junto al cuerpo de un elefante que acababa de ser cazado en un controvertido safari en Botsuana.
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