Beloguzov (izquierda) fue dado de alta el 25 de octubre. Savitsky, su atacante (derecha), se encuentra bajo arresto domiciliario en San Petersburgo.
El Mercurio / Captura Daily Mail
SANTIAGO.- La semana pasada, el Hospital Clínico de Magallanes recibió a un inusual paciente. Se trataba de
Oleg Beloguzov, un soldador ruso de 52 años que
fue agredido con un cuchillo en la Antártica, en lo que constituyó el primer ataque de ese tipo en el continente blanco.
Beloguzov
llegó en estado grave, anémico y con presión baja.
Estuvo tres días en la UCI, conectado a ventilación mecánica y sometido a transfusiones.
Finalmente, fue dado de alta el jueves 25 de octubre y
regresó a San Petersburgo.
A esa misma ciudad rusa fue
deportado Sergey Savitsky, el ingeniero eléctrico de 55 años sindicado como el autor del ataque. Savitsky, quien
se encuentra bajo arresto domiciliario, reveló en sus declaraciones a la justicia, la
insólita razón qué lo llevó a apuñalar a Beloguzov, una versión que los investigadores intentan comprobar.
Savitsky y Beloguzov, ambos científicos,
llevaban un año viviendo en la estación rusa Bellingshausen.
Compartían un pequeño espacio, y tenían
acceso a dos canales de televisión ruso, instalaciones deportivas y una biblioteca.
Para pasar las largas horas de soledad,
ambos se volcaron a los libros, los que,
de acuerdo Savitsky, fueron el origen del conflicto. Según el ingeniero eléctrico,
Beloguzov colmó su paciencia ya que el soldador le revelaba el final de los libros antes de que terminara de leerlos.
Así, y
con alcohol de por medio, el 9 de octubre no aguantó más y
lo agredió. Según publicó el Daily Mail citando medios rusos, Savitsky
reconoció haber atacado a su compañero, pero ha dicho que
no tenía intención de matarlo y que
está arrepentido de lo que hizo.