"No estoy seguro de cuándo volveré a la escuela. No quiero, no me siento seguro", dijo el joven.
Captura Nymag.com
SANTIAGO.- Fueron cinco disparos lo que recibió Anthony Borges. Dos en su pierna derecha, uno en la izquierda y dos en el torso. Uno de estos últimos atravesó su espalda. Por eso muchos hablan de él como un milagro, y por supuesto, como un héroe, al haber ayudado a salvar la vida de 20 compañeros de colegio en el tiroteo ocurrido el 14 de febrero pasado, en Parkland, Florida (EE.UU).
Las impactantes cicatrices y secuelas que dejó la masacre fueron mostradas por el adolescente en la reciente portada de la
revista New York, donde entrevistaron a sobrevivientes de tiroteos en colegios estadounidenses desde 1946 a la actualidad.
Entre las tragedias más recientes está la que afectó a Borges en el Marjory Stoneman Douglas High School, que además de él dejó a otras 16 personas heridas y 17 fallecidos, luego de que Nikolas Cruz (19) decidiera ingresar armado al colegio y matar a quien se interpusiera en su camino.
Cuando Cruz comenzó a disparar dentro del establecimiento, los alumnos corrieron a las salas para esconderse. Y Borges, de 15 años entonces, fue uno de los últimos en ingresar a una de las aulas, pero en vez de correr hasta el fondo y protegerse, ayudó a una profesora a cerrar y trabar la puerta, para que el atacante no pudiese ingresar. Fue en esta maniobra que él y la maestra fueron atacados. Ella murió al instante y él pudo sobrevivir.
"Estuve en el hospital unos dos meses. No me aburría, el dolor no me dejaba distraerme", dijo el joven a la publicación.
"La fisioterapia está ayudando mucho (...) Aún así, no puedo sentir mi pie izquierdo. Me he vuelto más delgado y cuando me pongo de pie me cuesta respirar", explicó sobre algunas de las las molestias con las que tiene que lidiar día a día.
(Captura de Twitter)
Borges dijo que estaba estudiando desde su casa por ahora, pese que en abril pasado se había anunciado su regreso al establecimiento –tras someterse a nueve cirugías-, lleno de felicitaciones y agradecimientos de la comunidad escolar, tal como lo publicó la cuenta creada por los mismos estudiantes en Twitter.
"No estoy seguro de cuándo volveré a la escuela", confesó a la revista. "No quiero, no me siento seguro. No hablo de esto con nadie, me enoja mucho. No puedo hablar de esto con mis amigos".
"Hice lo que tenía que hacer, por eso no me gusta que me llamen 'héroe'. Quiero que la gente recuerde lo que sucedió como un milagro de parte de Dios".
"Los estadounidenses tiene recuerdos cortos", aseguran los autores del reportaje aparecido en la revista, Jared Soule y Amelia Schonbek, quienes se preguntan por qué no se habla más de los ataques que cada cierto tiempo ocurren en los colegios de su país.
"En los últimos 18 años se han registrado más muertes masivas por tiroteos escolares que en todo el siglo XX", explicaron. Sin embargo, "las armas más letales se han vuelto más asequibles, y las balas se pueden ordenar online".
(Captura Nymag.com)
