Cuando se destapó el caso, varias personas rayaron el frontis del jardín argentino con insultos a las educadoras.
La Nación, GDA
SANTIAGO.- "¿Podés sacar el cuaderno en vez de ponerte a boludear? ", "pendejo de m#$%”, "¡dejá de gritar, cállate! ¿Querés ir a la pileta?", "ponete a guardar, enfermo mental", son solo algunas de las frases y amenazas que las maestras de un jardín infantil argentino le gritaban a sus pequeños alumnos, de entre 3 y 5 años. Para el alivio de sus padres, ayer se dio a conocer la pena que deberán pagar las cinco acusadas, dando fin así a cinco años de batalla legal.
Tal como indicaron medios argentinos como La Nación, el Tribunal Oral en lo Criminal N°4 de San Isidro, provincia de Buenos Aires, condenó a 7 años y 7 meses a la directora del jardín infantil "Tribilín", Noemí Núñez, y a 7 años a quien fuera la vicedirectora, Sabrina Gogonza. En el caso de Noelia Gallardo, Mariana Bushniv y Gisela Diap, tres parvularias, sus penas van desde los 6 años y 3 meses a los 4 años y 6 meses.
Además, todas fueron inhabilitadas por 10 años para trabajar en cargos relacionados con niños.
Así se dio fin a un caso que se destapó con la denuncia, en 2013, del padre de una de las víctimas.
"El jardín donde me ahogaban"
Diego Hernayes estaba preocupado porque su hija tenía pesadillas todas las noches, y comenzó a sospechar del jardín infantil cuando supo que otros niños que asistían al recinto presentaban, sin motivo aparente, ataques de llanto cuando sus padres querían lavarles la cara o enjuagarles el cabello.
El hombre decidió poner un iPod oculto en la mochila de su hija, con el que logró registrar 4 espeluznantes horas de gritos de las maestras a los cerca de 40 alumnos que recibían diariamente.
Algunos lo llaman "el jardín del horror", y no es para menos cuando se conoce con detalles los abusos que sufrieron.
"Les sumergían la cabeza en agua, los amenazaban; hubo golpes, los encerraban en una habitación con aire acondicionado a temperaturas muy bajas. Los entregaban a sus padres sin haberles dado de comer ni cambiado los pañales. Al día de hoy los chicos tienen secuelas, algunos no se animan a entrar al baño", dijo el abogado de las víctimas y padre de uno de los niños afectados, Sergio Arenas.
Las parvularias involucradas habían permanecido en libertad mientras se realizaba la investigación, pero en octubre pasado, y en miras al veredicto que daría la justicia en noviembre, los fiscales a cargo pidieron prisión preventiva para evitar "que eludieran el peso de la ley", indicó La Nación.
Por su parte, los jueces pudieron constatar que las amenazas y maltratos dejaron secuelas en los menores, muchos de ellos, de hecho, continúan en tratamiento psicológico desde entonces, y han presentado problemas de aprendizaje y para dormir.
Según contó la madre de uno de los menores, cuando su hijo vio la imagen del establecimiento en la televisión, le comentó: "Ese era el jardín donde me ahogaban".
