LONDRES.- El príncipe Carlos es el heredero "rebelde" al trono británico, asegura un biógrafo. El hijo mayor de Isabel II que hoy cumple 70 años, ha protagonizado escándalos amorosos, un mediático divorcio, unas criticadas segundas nupcias y más de un comentario poco frecuente para ser alguien de Buckingham. Por esto y mucho más, algunos dicen que el día que sea coronado tendrá que enfrentar una batalla dentro de su reino para ganarse a sus súbditos.
"No es lo mismo ser príncipe de Gales que ser soberano", aseguró el príncipe británico que más tiempo ha sido heredero a la corona en su reino (66 años), tal vez, tratando de calmar precisamente aquellas voces que temen una salida de libreto cuando llegue al trono.
Apasionado defensor del medio ambiente, no ha dudado en referirse a temas como el cambio climático (
habló en la cumbre de París de 2015), como tampoco sobre asuntos políticos.
Sus opiniones le han traído acusaciones de que está usando su papel como miembro de la familia real para influir en las decisiones gubernamentales. Por ejemplo, en 2006, hizo un llamado a los gobiernos de todo el mundo para que se abrieran a la medicina alternativa, justo cuando un grupo influyente de médicos en el Reino Unido instó al Servicio Nacional de Salud a que dejara de proporcionar ese tipo de medicamentos.
Así, hace cuatro años comparó a Vladimir Putin con Adolf Hitler, provocando que Rusia pidiese explicaciones al gobierno británico. Y su apoyo al Dalái Lama molestó a las autoridades de Beijing. No es de extrañar que él mismo se considere un "disidente".
(Crédito, AFP)
"La idea de que pueda seguir actuando de la misma forma, si debo suceder a la reina, es completamente absurda porque las dos instituciones (príncipe-monarca) son completamente diferentes", subrayó a la BBC en el marco de un documental sobre su figura difundido con motivo de su cumpleaños. "No soy tan estúpido", aseguró.
El hombre que pondría en peligro la monarquía
Tom Bower, cuya biografía no autorizada "Rebel Prince" (Príncipe Rebelde) fue publicada a principios de este año, dijo que Carlos es un hombre inteligente, amable y sensible, pero también egoísta, ingrato y un amante del lujo, cuya tenacidad podría poner en riesgo a la monarquía.
"Creo que la reina y (su esposo) el príncipe Felipe han estado agradecidos de vivir tanto tiempo para evitar que su hijo sea el monarca, porque hubiera puesto en peligro" a la casa real, comentó.
Estos retratos tan críticos del príncipe no son nuevos. Desde la ruptura pública de su matrimonio con la princesa Diana en la década de 1990, su estilo de vida y declaraciones han tenido un trato poco favorable. Y a esto se le suman los rumores de una supuesta personalidad complicada.
Bower, cuya biografía estuvo basada en entrevistas con 120 personas, incluyendo a colaboradores cercanos de la realeza, dijo que el príncipe "es muy propenso a criticar a otros pero no puede tolerar a quienes lo desafían".
"Es una persona decidida, que sin dudas quiere hacer el bien pero no entiende que las consecuencias de muchas de sus acciones causan muchos problemas, y no le gusta que le digan que podría estar haciendo algo mal", agregó.
"El hombre real"
Carlos Felipe Arturo Jorge Windsor nació el 14 de noviembre de 1948 en el palacio de Buckingham, y patrocina más de 420 organizaciones benéficas. Pero su principal labor es con su organización "Prince's Trust", que ayuda a jóvenes con pocos recursos a encontrar trabajo o a iniciar alguna actividad empresarial.
"Siempre me enseñaron a preocuparme de los demás", ha declarado Carlos. "Siempre intenté hacer lo que es justo para todos".
Se cree que el mayor obstáculo que tendrá cuando sea rey será mejorar la baja popularidad que tiene.
Su madre de 92 años y sus dos hijos, William y Harry más más apreciados que él por los británicos.
Los entendidos afirman que lo que más influyó en esto fue su divorcio de Diana Spencer, firmado en 1996, un año antes de que ella falleciera.
Con todo, el príncipe y su actual esposa, Camilla, duquesa de Cornualles, se han empeñado en asistir cada vez más a compromisos oficiales en sustitución de Isabel, quien, debido a su avanzada edad ha decidido reducir su actividad, especialmente los viajes al extranjero.
"Puedo entender por qué los críticos escribirán (...) negativamente, pero todo lo que están haciendo es tomando una faceta de él y volviéndola lo más negativa posible", dijo un ex colaborador, que de forma anónima defendió la figura del príncipe. "No es una contradicción tan grande que la gente tenga estas visiones antagónicas de él, porque en algún lugar, en el medio, está el hombre real", concluyó.
