SANTIAGO.- Para Ximena Muñoz, la luz es simplemente fascinante. Esta arquitecta lleva más de 10 años trabajando directamente con este elemento desde todas sus aristas: diseño, desarrollo, calidad de vida y por supuesto, cómo generarlo de manera sustentable. Es por eso que sabe perfectamente que cuando se utiliza bien, es infinitamente beneficioso para las personas. De lo contrario, afirma, puede ser más perjudicial de lo que cualquiera imaginaría.
Fue después de hacer un Máster en Diseño de Iluminación en Milán (2005), que volvió a Chile entusiasmada con todos los beneficios que tenían las luces LED (menores costos, fácil de controlar e instalar, entre otros), una tecnología de la que poco y nada se sabía entonces en el país.
Con todo, Muñoz se abrió un camino utilizándola en el diseño con Luxia (2006), desarrollando proyectos que unían la luz y lo estético, en Chile y en el extranjero. Pero algo faltaba. Su siguiente empresa, Sullilab, se enfocó en buscar soluciones de iluminación, aprovechando la energía solar fotovoltaica. Así desarrolló la
lámpara "Sulli", que funciona con la luz del sol y que ha servido a personas en situación de calle y a hogares que no tienen acceso a la red eléctrica, a poder ver con mayor claridad en las noches. El éxito del invento llegó hasta Haití.
Pero para Muñoz, falta más educación respecto a la luz en Chile; acercar la información técnica a la gente común, que no sabe bien cómo ahorrar energía ni cómo aprovechar este recurso a su favor.
Por eso inaugurará mañana 21 de noviembre Ciluz, una fundación con la que quiere enseñar todas las posibilidades que permite la luz, desde el arte hasta su producción con el autoconsumo energético; y eventualmente espera poder ayudar a mejorar los graves errores que se están cometiendo con la luminaria pública en Chile, que está perjudicando el entorno y la salud de la gente.
"Hoy no se está fiscalizando. La Agencia de Sostenibilidad Energética, ex Agencia Chilena de Eficiencia Energética, administra los fondos del gobierno para los recambios del alumbrado público y vela por la eficiencia energética, pero nadie se preocupa por el efecto de la luz en las personas", aseguró.
-¿Eso ha traído problemas concretos?
"Claro, porque se está haciendo con luz fría y se está iluminando hacia el cielo, lo que provoca contaminación lumínica. Sobre eso hay un tema tremendo en el norte. Ya hace un año, en Antofagasta, se murieron cerca de 20 mil golondrinas y se siguen muriendo por la sobre iluminación de las calles y las plazas".
Muñoz explica que en cuanto al LED, existen aquellos de luz fría y cálida. Y si bien los primeros iluminan más, cuando son mal utilizados generan efectos adversos en las personas, algo que de momento en Chile, ocurre en los lugares menos indicados.
-¿Algún ejemplo?
"Veo a diario en las calles de las ciudades iluminación pública que encandila e ilumina hacia el cielo, desperdiciando energía. Providencia entero está iluminado con faroles de luz fría. Eso es contaminación lumínica y un problema brutal para los vecinos. Cuando tienes un farol frente a la ventana de tu pieza te genera insomnio. Además, en los hospitales se están haciendo recambios de luminaria, enfocados a ahorrar energía, que es el lado positivo. Pero el problema es que se están haciendo con luz fría, que no permite descansar a los pacientes y puede provocarles problemas a la retina a largo plazo. Se debe considerar la importancia de que la luz afecta directamente en biología del cuerpo".
-¿Como a los animales que cambian su comportamiento según la luz del sol?
"Claro. Hoy, en el norte de Europa, tienen muy avanzado el tema de cómo utilizar la luz artificial para mejorar la calidad de vida. Esto es sumamente importante ya que se sabe que existen patologías como el Trastorno Afectivo Estacional (SAD, por sus siglas en inglés), que se relaciona con la falta de luz en el invierno. Y si comparamos el tipo de luz que recibe en esa época del año el norte de Europa, se podría equiparar a la que se ve en las regiones de Aysén y Magallanes, en Chile".
-¿Cómo solucionan este problema?
"Con la 'iluminación circadiana' (que adapta la luz artificial al biorritmo de las personas). Las nuevas tecnologías permiten simular la luz del día, del sol, incluso con la vitamina B. Si uno busca 'sadlamp' en internet va a encontrar un montón de lámparas que simulan la luz del sol, y ayudan a que en invierno no te dé depresión. La puedes prender en la mañana, cuando aún está oscuro pero ya tienes que ir a trabajar. Así regulas el ciclo circadiano de tu cuerpo, que ha continuado produciendo melatonina porque cree que aún es de noche".
-¿Cómo se está manejando esto en el sur del país?
"Lamentablemente, en Chile no se está haciendo nada al respecto, aparte del cambio de hora. Pero el manejo de la luz artificial es igual en la Patagonia que en el norte, pese a todas las diferencias que existen. Por eso, con Ciluz queremos hacer trabajos en Aysén y Magallanes, meter estas tecnologías en colegios, en edificios públicos. Esa es una de las tantas cosas que faltan por hacer aquí".
