Según las investigaciones, la ex pareja de Martins e hijo de los sospechosos no participó en el crimen.
O Globo, GDA
SANTIAGO.- La última vez que vieron a Márcia Martins (41) viva, fue junto a sus ex suegros en un banco de Sao Paulo. La mujer, una asistente social, se había separado recientemente y había anunciado que pretendía irse a vivir a otro lugar con sus dos hijos, de 4 años y 9 meses. Pero la pareja de abuelos paternos no estaba de acuerdo.
Según revelaron los medios brasileños, Fernando de Oliveira (62) y María Izilda (60) habrían asesinado a Martins y enterrado posteriormente su cuerpo, como parte de un macabro plan para quedarse con la custodia de sus nietos.
Durante semanas, Martins estuvo desaparecida, hasta que la policía encontró su cadáver este mes, pudiendo así conocer a fondo los hechos que llevaron a Oliveira e Izilda a estar bajo prisión preventiva como los principales sospechosos.
La pareja de abuelos acordó reunirse con la asistente social en una sucursal de un banco de Sao Paulo, con la excusa de que abrirían una cuenta para depositar dinero que iría destinado al cuidado de los menores.
Luego, le propusieron ir hasta una casa ubicada en los suburbios de la ciudad, diciéndole que la habían arrendado para que ella viviera ahí con los niños. Tras llegar, "probablemente en la última habitación, la golpearon en la cabeza y podría haber sido asfixiada o enterrada viva", contó el detective de la policía Mário Sérgio de Oliveira Pinto al medio de O Globo, G1.
En esta casa, que efectivamente había sido alquilada por Oliveira e Izilda doce días antes, la policía halló enterrado el cuerpo de la víctima.
Según las investigaciones, la ex pareja de Martins e hijo de los sospechosos no participó en el crimen.
Medios señalan que, tras la muerte de la mujer, los abuelos le habrían pedido al mayor de sus nietos que los llamara "papá" y "mamá".
