SANTIAGO.-
Mucho se ha hablado en los últimos días de Meghan, la esposa del príncipe Harry: desde que
no se lleva bien con su concuñada, Kate, hasta que
su mal genio ha provocado la renuncia de dos de sus asesoras personales, una de las cuales llevaba 17 años trabajando para la familia real británica.
Y anoche, la duquesa de Sussex volvió a ocupar las portadas de los principales medios del Reino Unido, tras
aparecer sorpresivamente en la entrega de los British Fashion Awards o Premios de la Moda Británica. La razón de su presencia era clara:
Meghan entregó el galardón de Mejor Diseñadora de Moda a Clare Waight Keller, directora artística de Givenchy y
creadora del vestido de novia con que la ex actriz se casó con el príncipe Harry.
"
Es un placer estar aquí, celebrando la moda británica y a los diseñadores británicos
en mi nuevo hogar, el Reino Unido", declaró la duquesa de Sussex durante la ceremonia que se llevó a cabo en el Royal Albert Hall de Londres.
Meghan continuó su intervención con un
discurso feminista, en el que explicó
la importancia que tiene para ella la elección de un diseñador.
"Establecemos una
conexión muy profunda con lo que vestimos. A veces es tremendamente personal, a veces es emocional. Para mí esta conexión pasa por ser capaz de entender que esto va de apoyarse unos a otros, de empoderarse. Especialmente como mujeres.
Cuando elegimos vestir un diseñador, no estamos solo escogiendo lo que es un reflejo de su creatividad, de su visión.
También elegimos una extensión de sus valores", sostuvo.
"
Esta mujer es tan maravillosa. He conocido a Meghan a nivel personal y tener a alguien que confía en ti en un momento tan personal de su vida...
No tengo palabras para agradecerlo suficientemente porque fue el momento más bello", declaró por su parte Waight Keller al recibir su premio.
Meghan durante su discurso en el Royal Albert Hall. Crédito: Palacio de Kensington / Captura Instagram. Abultado vientre y osadas uñas
Además de sus palabras, algo que llamó especialmente la atención del público es el
avanzado embarazo que ya luce la duquesa de Sussex, quien dará a luz a su primer hijo a comienzos de la primavera boreal.
El vestido que eligió Meghan para entregar el premio a Waight Keller, ayudó a evidenciar su
abultado vientre. La ex actriz
usó un ceñido y largo vestido de terciopelo negro de un hombro de Givenchy, complementado
con aros y pulseras de oro de la diseñadora de joyas Pippa Small, y
altas sandalias doradas. En cuanto al cabello, esta vez la duquesa de Sussex prefirió llevarlo
recogido en un moño.
Mientras estuvo de pie sobre el escenario, en varias oportunidades la
ex actriz se llevó las manos al vientre, lo que dejó en evidencia un
error de protocolo: el color de sus uñas. Claro, porque Meghan
no utilizó el tono claro que tradicionalmente usan las mujeres de la realeza, sino que
optó por uno muy oscuro para que combinara con su vestido.
Esta
no es la primera vez que la esposa del príncipe Harry
rompe el protocolo real. En junio pasado, poco después de su matrimonio y en un evento con la mismísima reina Isabel II, la ex actriz sufrió un pequeño descuido y
cruzó las piernas por los muslos. Cabe recordar que la norma de la familia real británica establece que en público las mujeres deben sentarse con las piernas una al lado de la otra o cruzadas a la altura de los tobillos.
Un mes después, la duquesa de Sussex
volvió a salirse de las reglas, pero esta vez también junto a su esposo, ya que ambos
se besaron en la boca durante la premiación de la Copa de Polo Sentebale, un evento de caridad en apoyo a los jóvenes con VIH y sida en Lesoto.
La duquesa felicita a la diseñadora de su vestido de novia. Crédito: Palacio de Kensington / Captura Instagram.