SANTIAGO.- Aguantarse las ganas de ir al baño por mucho rato, no tomar suficiente agua durante el día o no limpiarse de forma correcta después de ir al baño, pueden provocar una de las infecciones más comunes de la temporada estival, la cistitis.
Esta enfermedad ocurre cuando la vejiga se inflama produciendo una sensación de ardor al momento de orinar.
Específicamente en la mujer es un cuadro muy común, siendo casi inevitable durante el transcurso de la vida. El doctor Felipe Águila, urólogo de Clínica Vespucio, cree que se debe tener precaución y sobretodo con la automedicación con antibióticos, una tendencia que va en aumento en la población adulta y que produce un riesgo importante.
La
vejiga está constantemente expuesta a
bacterias. En la anatomía
femenina, el conducto por el que se expulsa la orina es más corto, por lo cual los
gérmenes pueden llegar con
mayor facilidad.Cuando ocurre una invasión
de bacterias, se generan los siguientes
síntomas:
• Disuria: ardor al momento de orinar.
• Polaquiuria: aumento de la frecuencia miccional.(Necesidad de orinar muchas veces al día).
• Urgencia: sensación de deseo imperioso de orinar.
• Tenesmo: sensación de vaciado incompleto de la orina.
• Hematuria: presencia de sangre en la orina.
• Mal olor de la orina.
Es importante destacar que la cistitis, en general, no es grave pero sus síntomas generan muchas molestias en los afectados.
No obstante, la presencia de fiebre siempre debe alertar la complicación más temida, que es la infección renal o pielonefritis aguda. Además, cuando el cuadro se hace recurrente, más de 3 veces al año, es necesario consultar al urólogo para estudiar y manejar el tema.
Aunque existen personas que tienden a desarrollar esta infección con mayor frecuencia, el especialista asegura que existen medidas para prevenir o disminuir su ocurrencia:
1. Aumentar la ingesta de líquidos: orinar al menos dos litros de agua diarios.
2. Evitar no tomar en cuenta las ganas de orinar: las bacterias aumentan mientras más tiempo permanezca la orina en la vejiga.
3. Hábitos higiénicos adecuados: lavarse y secarse siempre de adelante hacia atrás, ya que la mayoría de las bacterias que provocan infecciones urinarias provienen de las heces.
4. Evitar cambios en el pH: no uso de jabón en la vagina ni de espermicidas (producto que elimina espermatozoides) en preservativos o condones femeninos.
5. Evitar el estreñimiento: este problema impide la expulsión de bacterias y gérmenes cercanos a la vejiga, las que pueden colonizar el tracto urinario y derivar en infección.
6. Evitar la automedicación con antibióticos.
Ojo con los niños
La cistitis suele ser más frecuente en niñas entre los cuatro y seis años, principalmente por la forma del aparato genitourinario, que es más propenso a contraer gérmenes debido al arrastre de estos desde el ano.
"Esta infección puede causar diversas patologías, como por ejemplo, avanzar progresivamente en forma ascendente y comprometer los riñones, provocando una pielonefritis", advierte Águila.
En estos casos, es esencial un aseo adecuado y en los niños que están en edad de aprender a ir al baño solos, enseñarles a realizar su limpieza en forma correcta.
Cuando ya se tiene cistitis, es importante proporcionar a los más pequeños harta agua para beber, ya que eso ayuda a limpiar el organismo y a diluir la orina. "También ofrecer batidos, verduras diuréticas y frutas que contengan mucho líquido", agrega el especialista.
El tratamiento para la infección es con antibióticos recetados por el médico y la enfermedad puede durar entre seis y diez días. Aunque el dolor desaparecerá antes, es conveniente continuar con los medicamentos los días que indique el doctor, ya que de lo contrario, es probable que la patología reaparezca.