NUEVA YORK.- Cuadros de la época victoriana del siglo XIX, carteles de películas protagonizadas por mascotas, como "Lassie", o una pantalla interactiva que te dice a qué raza de perro te pareces más, son algunas de las sorpresas que esconde el Museo del Perro ("American Kennel Club Museum of the Dog", en inglés), que abre sus puertas en Nueva York el próximo 8 de febrero.
Aunque en realidad, el director de recursos culturales del centro, Alan Fausel, aclara que se trata de una reinauguración, ya que sus puertas se abrieron por primera vez en Manhattan en 1982, pero entre 1986 y 2017 el museo se trasladó a la localidad de Saint Louis, en Missouri.
Ahora, dice Fausel, "para celebrar el arte del perro" este museo ha vuelto para quedarse y conseguir más visitantes y, asimismo, porque la organización que lo mantiene, el American Kennel Club (AKC), se trasladó a un nuevo edificio donde hay dos amplias salas de exposiciones y una biblioteca con 15 mil volúmenes sobre perros en pleno Manhattan.
"Empezamos en Nueva York, pero por falta de espacio el museo se movió a Saint Louis, aunque estaba muy lejos de la ciudad y no teníamos muchos visitantes, así que cuando movimos el AKC a las nuevas oficinas también nos trajimos de vuelta el museo", explica con satisfacción.
La pintura de una San Bernardo de 1896, inmortalizada en un lienzo de grandes dimensiones por la pintora británica estadounidense Maud Earl (1864-1943), es una de "nuestras piezas favoritas", destaca Fausel junto a la imponente imagen.
Otro de los cuadros principales del museo es "Escucho una voz", el responsable del centro explica que esta obra refleja la labor de estos perros en las altas cumbres de los Alpes, aunque la modelo de la obra, conocida como "Fradley Stephanie", nunca salió de las islas británicas.
Fausel además destaca los cuadros del británico Edwin Henry Landseer (1802-1873), "un incomparable pintor de perros y el artista favorito de la reina Victoria de Inglaterra (1819-1901)", incluidos en la galería de AKC, entidad que tiene su propio reglamento para la crianza de los perros.
También llama la atención el retrato de un canino de 1990 de Millie, la springer spaniel del ex Presidente estadounidense George Bush y su esposa, Bárbara Bush, recostada en el jardín sur de la Casa Blanca junto a una pelota roja.
La perra presidencial se hizo famosa el año que fue inmortalizada por protagonizar el libro "Millie's Book", escrito por la primera dama, y que trata de la vida en la Casa Blanca. Sus ventas superaron las memorias del anterior inquilino, Ronald Reagan.
En definitiva, Fausel resume: "La mayoría de los cuadros son de la época dorada de la pintura de perros, entre 1840 y 1940, aunque también tenemos algunas obras contemporáneas", así como fotografías, estatuas y carteles de películas protagonizadas por perros, como "Lassie" o "Babe", el cerdito que quería ser un pastor alemán.
"Además de tener una de las mejores colecciones de pintura británica del mundo sobre perros, también tenemos seis pantallas digitales interactivas, algunas divertidas e interesantes sobre cómo entrenar a tu perro. Pero también tenemos dos mesas sobre razas con toda la información sobre las 193 aceptadas por la ACK", agrega.
El origen, la historia y características de todas estas razas se pueden seleccionar en una amplia pantalla táctil a disposición de los visitantes, que también pueden tomarse fotos para que un programa de reconocimiento facial indica a cuál raza se parece más, que puede ser desde un chihuahua o el de un russell terrier.
Además, en otra pantalla de gran tamaño, "Mollie", una perra virtual, enseña al visitante a educar a una mascota para hacer que ladre, recoja una pelota o se siente.
Entre los paisajes de campos ingleses de la época victoriana, pequeñas porcelanas caninas, algunas fotografías contemporáneas y estatuas de tamaño natural, el museo esconde algunos otros detalles como un collar de la segunda guerra mundial con un bolsillo para mensajes desde el frente, o una vitrina dedicada a la memoria de Smoky, una diminuta yorkshire terrier que el soldado estadounidense William A. Wynnese se llevó como compañera a la Segunda Guerra Mundial.
El esqueleto de Belgrave Joe, un fox terrier muerto en 1888 y considerado el padre de la estirpe de los fox terrier de pelo liso, es otro de los secretos que esconde este pequeño museo al que, por el momento, no están invitados sus protagonistas, los perros.