SANTIAGO.- "Anoche este y otros
bonsáis fueron robados (...) Es un bonsái muy importante para mí", escribió el 13 de enero pasado
Seiji Limura, un japonés que junto a
su esposa Fuyumi son
fanáticos de esos árboles en miniatura, cuyo cultivo implica tiempo y dedicación.
Seiji y Fuyumi viven en Tokio, y en su jardín tienen -o tenían-
algunos de los bonsáis más hermosos y caros del mundo. Por esta razón, los árboles fueron el objetivo de un grupo de ladrones, que irrumpieron en el domicilio de la pareja y se llevaron a algunos de sus preciados "hijos".
El botín de los delincuentes alcanzaría unos US$ 90 mil (alrededor de $60 millones).
Lo que más preocupa a la pareja es que
los bonsáis requieren de mucho cuidado y que por una negligencia, un trabajo de siglos se vaya a la basura.
"Le pido a quién sea que se los hayan llevado, que
se asegure de que sean regados", señaló Seiji, agregando que
el shimpaku, uno de los árboles que les fue robado y que han cuidado por 25 años,
ha vivido durante 400 años y "no puede sobrevivir una semana sin agua".
Uno de los bonsái que le fueron robados a la pareja japonesa. Crédito: Seiji Limura / Captura Facebook. "
Si es que reciben el cuidado adecuado, ellos pueden vivir por siempre, incluso después de que nos hayamos ido", agregó el japonés, según informó The Washington Post.
A casi un mes de que fueran robados sus preciados bonsáis, Seiji confirmó a la BBC que estos
aún no aparecen y que la policía no tiene pistas. "Estamos tristes, pero los continuaremos protegiendo", aseguró el japonés, quien
es dueño de una tienda de bonsáis que ha estado abierta durante cinco generaciones.
De acuerdo a The New York Times, el japonés declaró que nunca pensó en la posibilidad de que sus bonsáis fueran robados, por lo que
el local no contaba con demasiadas medidas de seguridad. Sin embargo, ahora instalaron cámaras de seguridad y construyeron una cerca, además de que están evaluando agregar una alarma.
Seiji y su esposa creen que
los bonsáis robados pueden venderse por enormes sumas de dinero en el mercado negro, pero tienen la esperanza de que hacer público el robo dificulte su comercialización.
"Todo lo que queremos es que nos los devuelvan", finalizó.