El Mercurio (imagen referencial)
SANTIAGO.- Cuando uno de los pasajeros del
crucero estadounidense que volvía de Alaska empezó a demostrar extrañas actitudes, los funcionarios de la embarcación decidieron detener el viaje y llevarlo al
Hospital más cercano ubicado en el estado de Florida.
El hombre llegó junto a su esposa al centro de salud y los doctores pensaron que los síntomas se debían a un
"estado mental alterado" o por haber ingerido demasiado alcohol, sin embargo cuando le realizaron exámenes de sangre descubrieron la verdadera razón.
Al parecer, el viajero habría aprovechado sus dos semanas de vacaciones para salirse de su rutina y dieta cotidiana,
comiendo la mayor cantidad de pescado posible, incluyendo bacalao, salmón y tiburón.
Es por esto que los exámenes arrojaron un
alto nivel de mercurio en la sangre del turista, siendo diagnosticado por los médicos con una "intoxicación orgánica" por el metal debido al
exceso consumo de pescado.El hombre, quien sufre además de obesidad, diabetes y presión alta, fue
internado durante cuatro días para poder normalizar los niveles de mercurio en su sangre, pudiendo llegar a la normalidad un mes después.
Según informó
Daily Mail, una de las razones por las que el viajero se habría intoxicado con el metal era su
ambiente de trabajo, ya que al ejercer las funciones dentro de una oficina
nunca estuvo expuesto al elemento químico a diferencia de quienes cumplen labores cerca de la madera o con pintura al aire libre.
Debido a que no existe un tratamiento efectivo y rápido para tratar la intoxicación, el hombre fue ingresado al hospital para poder monitorear su proceso y se le
prohibió volver a ingerir pescado que tengan altos niveles de mercurio. El
Gobierno de Alaska con el fin de prevenir posibles intoxicaciones con el metal líquido, entrega
cada pescado que se vende el nivel de mercurio que tiene en su interior y
recomiendan no exceder los 12 puntos a la semana. Por ejemplo, una porción de 170 gramos de bacalao, fletán o tiburón de salmón tienen entre 18 y 30 puntos. "La concentración de mercurio es muy baja en la mayoría de los alimentos, sin embargo
ciertos tipos de peces marinos (como el atún, pez espada y tiburón) y de aguas dulces contaminadas, pueden
contener altas concentraciones del metal", señalaron las autoridades.
El consumo de elevadas cantidades de mercurio causa síntomas gastrointestinales, problemas respiratorios, seguido por "pinchazos" alrededor de la boca, baja energía, sordera y mal equilibrio.
Los más afectados son las
mujeres embarazadas ya que los fetos son muy vulnerables al metal y se les recomienda no consumir tiburones, marlín o pez espada, principalmente.