Cheri Stoneburner / Facebook
SANTIAGO.- A sus 103 años,
Rose Torphy, la matriarca de una familia con cinco generaciones bajo ella,
mantiene sus rutinas intactas.
Cada tarde toma una
copa de vino, la lleva a su habitación, y brinda junto a la fotografía de su fallecido esposo Ralph: "Por ti, nadie mejor y nadie cerca de ser tan bueno".
La mujer nunca imaginó que a estas alturas experimentaría uno de los momentos más felices de su larga vida, cuando desde la fundación de conservación del
Gran Cañón la nombraron como una de sus
guardabosques, convirtiéndose en la mujer con más años en tener el cargo. La primera vez que Rose visitó el parque fue en
1985 junto a su esposo y se enamoró del lugar de inmediato. "
Pensamos que era la cosa más maravillosa que habíamos visto. Siempre le hablábamos del parque a los niños, yo siempre les decía que era algo que ellos tenían que conocer", contó la mujer en una entrevista realizada desde su casa en
Fox Lake, Illinois. Sin embargo, desde ese paseo junto a Ralph, hace más de 30 años, nunca más pudo volver al parque, hasta que hace un mes atrás junto a su hija
Cheri Stoneburner decidieron organizar un viaje a la ciudad donde se ubica el centro turístico.
En el lugar, pudo sacarse nuevas fotografías y disfrutar de lugares a los que no había podido asistir en los años 80. Asimismo, fue durante ese mismo viaje donde recibió el título de
"guardabosques junior" con la labor de
difundir el trabajo que hace el parque y sus bellezas. "A cada parte que va, lleva su placa de guardaparques en su chaqueta y le cuenta a todo el mundo sobre su título", relató su hija.
Según informó
The Guardian, fue en su juventud cuando comenzó su
amor por la naturaleza gracias a los constantes viajes que hacía junto a su familia, visitando un lago diferente cada fin de semana.
Su apetito por conseguir
nuevas aventuras continuó cuando se
casó con Ralph, con quien aprovechó el tiempo para viajar hasta el día de su muerte en 1999.
"Planeábamos vacaciones para conocer el mundo,
teníamos un vida increíble", contó Rose.
A pesar de haber conocido muchos países alrededor del mundo, incluido Bélgica, desde donde sus padres emigraron hace más de 100 años,
el Gran Gañón siempre estuvo como número uno en su lista.
La organización sin fines de lucro,
Grand Canyon Conservancy, financia el programa de guardaparques juveniles y fueron los encargados de llevar a cabo el
juramento de Torphy el pasado enero.
El rol de Torphy hoy es poder contar a la gente lo mismo que ella piensa acerca del parque, para motivarlos a cuidarlo y visitarlo.
"Gente como Rose nos ayudan a
educar al público y asegurarnos que este ambiente natural se conserve de acá hasta los próximos 100 años", relató
Susan Schroeder, la directora de la fundación.
El parque fue fundado el 26 de febrero de 1919, tres años después del nacimiento de Thorphy, y hoy atrae a cerca de
seis millones de visitantes durante el año. "Soy afortunada, me siento bendecida", señaló Rose sentada en la casa que comparte junto a su hija desde noviembre pasado, rodeada de fotografías familiares y de su esposo Ralph.