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SANTIAGO.-
Aisha Vaughan (34) nunca pensó que una salida al cine con sus amigas terminaría en uno de los momentos más aterradores de su vida, luego de que
su hijo de tres años, Omar, debiera ser llevado de urgencia al hospital más cercano, producto de
una reacción alérgica que no lo dejaba respirar.
A
Omar Vaughan (3) se le diagnosticó una severa
alergia a los lácteos cuando era más pequeño, por lo que la familia nunca dejaba a la vista productos que pudieran afectar su salud. Lo único que se aceptaba era un
lugar secreto que tenía su madre debajo de su cama, donde guardaba sus
"amados" chocolates, en su casa ubicada en el sector norte de
Londres. Una noche decidió salir con sus amigas al cine, quedando Curtis, su marido y padre de sus tres hijos, a cargo de los niños. Sin embargo, mientras veía la película, recibió un mensaje de su esposo donde le decía que
Omar no podía respirar.
A lo segundos de la advertencia de Curtis, corrió a su casa ya que sabía que su hijo estaba teniendo una reacción alérgica. Al entrar, vio que su marido le administraba inyecciones de adrenalina al pequeño, pero no estaban haciendo efecto.
Al ver que Omar no reaccionaba ante las sietes inyecciones puestas por el padre, lo llevaron al hospital más cercano donde los médicos decidieron dejarlo en un coma inducido para protegerlo mientras luchaba contra la reacción.
Según informó el Daily Mail, para los padres el haber visto a su hijo pasar por esa situación fue desgarrador. "Ver a nuestro pequeño conectado al ventilador me dejó en una tormenta de lágrimas", relató la madre.
"Esta es mi culpa pensé, cuando vi que mi hijo pasaba por tanto dolor", señaló Aisha.
Después de tres días hospitalizado en el centro de salud, y de varias pruebas para comprobar su recuperación, el niño fue dado de alta por los especialistas.
A pesar de los segundos de descuido durante el momento en que ocurrió el accidente, la madre aseguró que siempre tienen precaución respecto a la severa alergia que padece Omar, ya que hasta el roce con algún producto lácteo le produce irritación y furúnculos en la piel.
Lo único que se permitía tener dentro de la casa, eran sus tan deseados chocolates, los que escondía bajo su cama para que Omar no los viera.
Pero la madre aún continúa impactada por lo sucedido y no puede creer que un par de "antojos de la pareja", haya casi matado a su "precioso y amado hijo".
Al parecer, la condición de Omar no sería la única de la familia, ya que el tercer hijo de la pareja, quien nació en agosto del año pasado, ya estaría mostrando signos de la misma alergia. Cifras recientes demostraron que dos de cada 100 niños menores de cuatro años son alérgicos a los productos lácteos.