Los ambiciosos planes de los
duques de Sussex para poder tener su propia
marca filantrópica separada del resto de la familia real, se vieron arruinados tras el veto de la autoridad máxima de la monarquía inglesa: la
Reina Isabel II.El objetivo de Harry y Meghan era poder tener la libertad para elegir las
causas solidarias a las cuales poder ayudar e involucrarse como figuras públicas, y así tener
total independencia de las directivas del
Palacio de Buckingham. Al parecer, los duques tenían pensado crear una
"marca Sussex" de filantropía y humanitarismo, donde Meghan pretendía poder continuar con su rol de
"activista". Sin embargo, desde la oficina de la monarca se les negó el proyecto y la autonomía para labores humanitarias.
"Querían que su casa fuera totalmente independiente del Palacio de Buckingham, pero se les dijo que no.
Hay una estructura institucional que no permite ese tipo de independencia", aseguró una fuente del palacio real.
"La sensación es que es bueno tener a los duques de Sussex bajo la jurisdicción del Palacio de Buckingham,
por lo que no pueden simplemente irse y hacer la suya", añadió el empleado.
Pero, al parecer no todo fue negativa para la pareja de recién casados, ya que la reina le otorgó a su nieto y esposa, la posibilidad de tener
oficinas separadas de las de los duques de Cambridge, William y Kate.Según publicó
Infobae, a partir de esta autorización, Harry y Meghan podrán contar con su propio equipo de comunicaciones y ya nombraron a la que llevará el mando del área,
Sara Latham, quien trabajó en la Casa Blanca para el ex Presidente Bill Clinton y fue consejera de Hillary en su campaña presidencial contra Donald Trump.