Las últimas semanas del embarazo de
Joy Buckley (31) fueron complejas y agotadoras. Durmió en el sillón de su sala de estar para evitar subir escaleras, tuvo dificultades para respirar, su vejiga estaba constantemente aplastada y debía comer pocas porciones durante el día, ya que no tenía espacio para muchos alimentos en su estómago.
Joy sabía que Harper, la niña que estaba por nacer,
sería más grande y larga de lo normal, ya que se había quedado sin espacio dentro de su útero lo que la hacía sentir muy incómoda.
El pasado 12 de marzo, a las 38 semanas de embarazo, los doctores vieron que no había ninguna razón para seguir esperando por el
nacimiento de Harper, por lo que decidieron ingresarla al
hospital Arnot Ogden Medical Center de Nueva York, para someterla a una cesárea.
El procedimiento para recibir al nuevo miembro de la familia tuvo que
ser llevado a cabo por dos médicos: uno de ellos se encargó de presionar el estómago de Joy y el otro de sacar a Harper de debajo de las costillas de su madre.
Finalmente, los padres pudieron conocer a la niña, quien
pesó 7 kilogramos, el doble del peso que tiene el promedio de recién nacidos. "
Estaba asombrada", aseguró la madre, mientras que el padre,
Norman Buckley, dijo que su hija era grande, pero perfecta a los ojos de él.
Después de haber pasado por una compleja mañana de trabajo de parto y cesárea, Joy señaló que
"sintió como si la hubiesen atropellado dos camiones simultáneamente", mientras que el padre de la niña, Norman, estuvo muy preocupado por la salud de su esposa durante el procedimiento llegando al punto de casi desmayarse.
"Fue algo muy violento de ver", aseguró Joy.
Crédito: Joy Buckley / FacebookLa espera
Joy Buckley se casó con Norman en
2008 y cuando empezaron a planificar la posibilidad de agrandar la familia, se dieron cuenta de que no sería un camino fácil.
Esto debido a que Joy fue diagnosticada con el
síndrome del ovario poliquístico, un desorden hormonal que hace más difícil para las mujeres quedar embarazadas y gestar a un niño, por lo que los médicos le aseguraron que tenía un
15 por ciento de probabilidades de ser madre y dar a luz de forma natural. Además, la mujer padece de
diabetes tipo 2, por lo que era aún más complejo para su salud.
A partir de la noticia, la pareja decidió que serían padres de igual forma y adoptaron a una niña llamada
Heaven.
Sin embargo, nunca se imaginaron que algunos años después, en
2016, Joy se
embarazaría por primera vez, dando a luz en diciembre de ese mismo año a su segundo hijo
Chase, quien también nació por sobre el peso normal, con casi 5 kilogramos.
Según informó The Washington Post, un año después de recibir la noticia de su primer embarazo, en el verano de 2017 la pareja se enteró que "milagrosamente" volverían a ser padres por tercera vez. Sin embargo, esta vez la espera fue más larga y compleja para la mujer.
Después del nacimiento
Hoy, Harper se encuentra en la unidad de cuidados intensivos del hospital para ser monitoreada, pero su madre espera poder llevarla lo antes posible para que conozca a sus dos hermanos.
El jefe de la División de Obstetricia de la Clínica Mayo en Rochester, Regan Theiler, aseguró que es "realmente inusual" ver a recién nacidos tan grandes como Harper, ya que el promedio de peso está entre los 2,4 a los 4 kilogramos. Según reportes de la
Clínica Mayo, cuando los niños pesan más de 4 kilogramos al nacer, se les diagnostica como
"macrosomía fetal", y se estima que el 9 por ciento de los recién nacidos del mundo poseen este tipo de condición.
Además, el especialista Theiler señaló que esta condición en los niños es más común de ver en madres con diabetes, ya que la afección estaría relacionada con el alto nivel de insulina de la mujer que actuaría como un "factor de crecimiento" y los haría desarrollarse más grandes de lo normal.
Por su lado, los oficiales del departamento de salud de
Nueva York investigan si este caso sería el del niño más grande nacido en el estado, aunque la madre asegura que no le interesa saber.
"Solo me importa que tuve la oportunidad de convertirme en madre nuevamente", afirmó Joy.