En junio de 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó en su Clasificación Internacional de Enfermedades, el
uso abusivo y adicción a los videojuegos como un desorden de comportamiento.
Según los especialistas, el hecho de jugar videojuegos no es un acto nocivo en sí mismo, sino que el problema se presenta cuando
el consumo es abusivo y cambia el comportamiento de una persona.
Eso le ocurrió, por ejemplo, a una
niña británica de 9 años que debió ser
enviada a terapia tras obsesionarse con un popular videojuego: Fortnite. Según manifestaron sus padres, la menor comenzó a bajar las notas, decía estar cansada e incluso un día la hallaron sentada sobre un cojín completamente orinado.
¿Qué había ocurrido? La niña
jugaba todo el día Fortnite y
continuaba haciéndolo en la noche luego de que sus padres se dormían. "No teníamos idea, cuando la dejamos jugar al juego, de la
naturaleza adictiva o el impacto que podría tener en su salud mental", declaró entonces su madre.
El caso de adicción a Fortnite de la pequeña británica, no es el único alrededor del mundo y es por esto que
el príncipe Harry se lanzó con todo en contra del videojuego.
"Ese juego
no debería estar permitido. ¿Cuál es el beneficio de tenerlo en tu casa? Está
creado para ser adicto, una adicción para mantenerte frente a un computador el mayor tiempo posible.
Es tan irresponsable", señaló el duque de Sussex -quien pronto será padre por primera vez- durante un evento relacionado con la salud mental al que asistió esta semana, según informó CBS.
Harry
también aprovechó la oportunidad
de criticar las redes sociales, sobre las que -aseguró-
pueden ser "más adictivas que el alcohol y las drogas, incluso
más peligrosas porque están normalizadas y no hay restricciones para ellas".
¿Por qué Fortnite es adictivo?
El videojuego de Epic Games
fue lanzado en julio de 2017 y en la actualidad cuenta con
unos 200 millones de jugadores registrados en todo el mundo, de acuerdo a CBS. Descargarlo no tiene costo, pero para mejorar el rendimiento sí hay que pagar.
Los jugadores deben pelear con otros con armas de distinto tipo y el último que queda en pie es el que gana.
Cada batalla puede extenderse por unos 20 minutos.
Según la psiquiatra Sue Varma, los videojuegos como Fortnite
les entregan a los niños un golpe de dopamina, hormona que
produce una sensación de placer.
El problema, agregó la especialista en declaraciones a "CBS This Morning", es que
los niños no saben "retirar el pie del acelerador", ya que no tienen control ni regulación. De esta manera,
no saben cuándo detenerse.
"La mayoría de los niños son capaces de regular su juego. Pero hemos visto que hay
algunos más vulnerables, que pueden tener predisposición a la depresión o ansiedad, o dificultad para tener amigos,
que pueden estar usando esto como una forma de escape", agregó Varma.