El sábado pasado, cientos de recolectores de cartones y basura de reciclaje marcharon por las calles de
Buenos Aires en rechazo de los nuevos 18 contenedores inteligentes de desechos, que fueron puestos como plan piloto en el centro de la ciudad.
El proyecto contempla continuar la instalación y llegar a un total de 24
basureros modernos, los que se cierran herméticamente y solo pueden ser abiertos con una tarjeta magnética. Sin embargo, no fueron bien recibidos por los recicladores ya que estos viven de la comercialización de los desechos y con la medida no podrán continuar con la práctica.
Estos contenedores son utilizados en Venecia, Pisa, Siena y otras ciudades italianas, así como en el resto de Europa, y cuentan con
puertas automáticas que deben ser operadas a través de tarjetas magnéticas las
que son entregadas a encargados de edificios y comerciantes cercanos a los basureros.
Diversos sectores políticos criticaron la medida y la consideraron poco empática en el contexto económico que vive el país, lo que lleva a muchas personas a la necesidad de alimentarse de los desperdicios.
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Hay gente que cartonea para subsistir. También quienes comen de allí. No digo que esté bien, pero capaz que es lo único que puede ingerir en todo el día", aseguró
Mabel Lezcano a La Nación Argentina, una mujer que trabaja en el centro de la ciudad.
"No vamos a mirar para otro lado en medio de la miseria que se está generando. Si la respuesta a este grave problema es cerrar los contenedores y no organizar una mesa de coordinación en cada comuna para enfrentar el hambre, nosotros no vamos a ser cómplices de esa política", señaló
Alicia Montoya, miembro de la organización de recolectores El Álamo.
Por su parte, el ministro de Ambiente y Espacio Público,
Eduardo Macchiavelli, aseguró que los nuevos contenedores corresponden a una política de las empresas de recolección de basura que tiene como fin modernizar el sistema. Además fuentes del Gobierno aseguraron que no se utilizó dinero público para adquirirlos ya que forman parte de un plan de inversión de las empresas recolectoras.
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Es una falacia atroz decir que el gobierno coloca estos contenedores para impedir que la gente acceda a ellos. Son solo 18 de una prueba piloto que no sabemos si vamos a expandir en la ciudad. Solo es una prueba más de la renovación que nos permite trazar un perfil en cada una de las cuadras. Nadie hizo tanto por los recuperadores como nosotros", señaló Macchiavelli.
Otra característica que tienen los contenedores, es que los vecinos tienen un horario restringido para sacar la basura, y cada tarjeta está identificada por su dueño para que las personas no se salten esta norma.