de tener un hijo.
Una mujer confiesa que le dan
extraños antojos de tocar pegamento y suavizante de ropa, arrancando risitas de las demás. Una enfermera les explica que eso podría ser síntoma de deficiencia de hierro. Es el tipo de
tema inusual que no suele aflorar en las típicas consultas médicas de 15 minutos, en que el médico suele estar apurado y la mujer podría vacilar en mencionar algo que luzca inconsecuente.
Pero en
un ambiente relajado con otras mujeres, las futuras mamás
confiesan sus inquietudes y la conversación fluye más allá de los datos científicos.
"Yo puedo decirles que es algo normal, pero
si hay otra mamá en el grupo
que diga 'Ah sí, eso me pasó a mí, es normal', pues
se hace más aceptable", declaró Laura Moore, una enfermera en una clínica en Asheville, Carolina del Norte.
En esa instalación, las mujeres pueden escoger ir a una
sesión grupal para sus chequeos mensuales en vez de la consulta individual tradicional con el médico.
En las sesiones hay
alrededor de 10 mujeres, todas aproximadamente
en la misma etapa de embarazo. Usualmente
una enfermera sirve de moderadora en las discusiones sobre temas como la
incomodidad física, el manejo del estrés, la nutrición y las condiciones del parto. El
padre u compañero puede asistir y participar, pero son las mujeres embarazadas las que tienen el papel protagónico, al
enseñar y compartir sus experiencias.
Kailee Morel Alvarez nunca había escuchado de cuidado prenatal grupal cuando se enteró de que estaba embarazada el verano pasado. Pero tanto ella como su esposo quedaron convencidos tras asistir a las sesiones en la clínica del Centro de Educación de Salud Mountain Area. Su hija Sofía nació en febrero.
"Definitivamente
lo mejor fue tener a mi lado a otras mujeres que estaban pasando por lo mismo al mismo tiempo", expresó Morel Alvarez, de 21 años.
"Al principio estaba preocupada, de que si la niña tenía todo lo que necesitaba, de que si estaba creciendo normal", confesó Morel Alvarez. Luego se preocupó porque estaba sufriendo calambres y contracciones. Cuando se enteró que las demás mujeres tenían el mismo problema, "eso fue sumamente útil", comentó.
Crédito: AP.
Un sistema promisorio
Un esquema tan primitivo
dista mucho de ser la vanguardia de la medicina del siglo XXI. Pero
el cuidado prenatal en grupo podría traer beneficios más allá de la solidaridad social. Algunos estudios hallaron que con esa nueva técnica
se han reducido los partos prematuros, los niños nacidos con bajo peso y los que necesitan cuidados intensivos, y aumentan las mujeres que dan de amamantar.
El sistema
ha sido calificado de promisorio por la Asociación de Obstetras y Ginecólogos de Estados Unidos.
"Honestamente me encantó", expresó de Victoria Tate, de 28 años de edad. Para sus dos primeros embarazos optó por el cuidado prenatal tradicional, pero probó el nuevo método la tercera vez. Su hijo Deklin nació el 30 de enero pasado.
Las discusiones con las otras mujeres embarazadas fueron invaluables e hicieron que la experiencia sea menos estresante. En esa época tuvo que someterse a pruebas genéticas y a tratamiento por diabetes.
"Tuve que cambiar lo que comía, tuve que chequearme el azúcar a cada rato", comentó la mujer.
Los cuidados en grupo usualmente están cubiertos bajo el seguro médico. Si bien
muchos hospitales ofrecen ese tipo de servicios, los estudios demuestran que sólo el 3% de las mujeres embarazadas los escogen, dijo Jessica Lewis, subdirectora de obstetricia en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale. Algunas deciden no recibir esos cuidados, pero otras no saben que los tienen. Una de las razones por las cuales muchos centros médicos no tienen esos servicios, es por el costo que conlleva tener un espacio y un personal especializado.
Lewis fue autora del más amplio estudio que se haya hecho hasta ahora sobre el tema, que involucró a 9.300 mujeres en el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt en Nashville. Tras seis años de estudio, se demostró que las mujeres que asistieron a por lo menos cinco sesiones tenían una probabilidad 70% menor de tener un hijo prematuro o de peso deficiente, comparado con las que optaron por la atención individualizada.
No queda claro el efecto que tendría el cuidado prenatal en grupo en la salud de la mamá y del bebé posterior al parto. Para muchas mujeres, el embarazo es la primera vez en su vida adulta que tienen que asistir regularmente al médico, y Lewis opinó que
el embarazo "ofrece una excelente oportunidad para que la mujer cambie ciertos patrones de conducta, como por ejemplo para que dejen de fumar, para que dejen de beber, para comiencen a comer más sano".
Las
sesiones en grupo pueden facilitar esos cambios y más, y ello podría redundar en una mejor salud para el bebé en sus años posteriores, manifestó Lewis.
Algunos médicos sospechan que los beneficios a la salud se deben a la
reducción de estrés. La ansiedad y el estrés durante el embarazo -como por ejemplo por tener problemas maritales o financieros, tener que cuidar a otros hijos e ir a trabajar durante la gestación, preocuparse por el parto- pueden elevar la presión sanguínea y los niveles de hormonas nocivas y causar complicaciones, incluso los nacimientos prematuros.
La clínica en Asheville, que contrata a un servicio llamado Centering, ha ofrecido las sesiones en grupo desde el 2013; el año pasado participaron 400 mujeres.