El
nacimiento del primogénito de los duques de Sussex, Harry y Meghan, desató la
alegría de los fanáticos de la realeza británica, quienes
salieron a las calles cercanas al castillo de Windsor y al Palacio de Buckingham, en Londres,
para festejar.
El niño, el séptimo en la línea de sucesión al trono británico,
nació a las 05:26 horas locales de hoy, pesando 3 kilos 200 gramos. Al tiempo que las redes sociales oficiales de los duques de Sussex anunciaban la noticia, un
orgulloso Harry se presentaba frente a los medios de comunicación para dar a conocer su alegría.
"Estamos absolutamente en cantados" y "estoy un poco en la Luna", fueron algunas de las frases que pronunció el
emocionado príncipe, quien también declaró lo "orgulloso" que estaba de su esposa.
Tras las palabras de Harry, los seguidores de la realeza comenzaron a festejar.
"
He estado durmiendo fuera durante tres días (...) Estoy encantado de que tengan un hijo saludable y una madre saludable", dijo John Loughrey, un fan de la realeza de 64 años en Windsor, al oeste de Londres.
"¡
Celebramos hoy con ellos con champaña, tendremos pescado con papas fritas (fish and chips) y una porción de pastel estadounidense (american pie)!", agregó.
"¡Estoy muy contenta!" se alegró Giulia Silvestri, una turista italiana, frente al
Palacio de Buckingham, en cuyo patio se colocó en un caballete el acta de nacimiento firmada por los médicos reales. Por su parte, las británicas Linda Stokes y Samantha Smith desearon "¡buena suerte! " a los padres.
Crédito: AP. Turistas emocionados, mezclados con un puñado de "superfans" vestidos con Union Jacks, se reunieron en las calles que rodean el castillo de Windsor.
Según señaló el Palacio de Buckingham en un comunicado, el príncipe Harry estuvo presente para el nacimiento de su hijo. En tanto, Doria Ragland, la madre de Meghan, estuvo con la pareja en Frogmore Cottage, su residencia desde comienzos de abril.
"Acabo de dirigirme al Palacio de Buckingham para ver a todos celebrando al bebé", dijo la estudiante Nicole Wilcox.
"Estaba muy emocionada, hoy es mi último día en Londres, así que el hecho de que ella haya tenido su hijo mientras todavía estoy aquí fue realmente emocionante", agregó.
Para celebrar la llegada del niño, cuyo nombre aún no ha sido dado a conocer,
el London Eye, la enorme rueda de Londres ubicada a orillas del Támesis,
se iluminará en rojo, blanco y azul. Asimismo,
en la torre de telecomunicaciones BT se publicó un mensaje que reza "Es un niño".
Crédito: AP.
Rompiendo tradiciones
Harry y Meghan rompieron con varias tradiciones relacionadas con el nacimiento de los hijos de la realeza,
comenzando por el mismo anuncio de la llegada del niño, que primero fue hecho
a través de las redes sociales.
Asimismo, y tal como se había especulado,
la pareja no posó con el pequeño pocas horas después del parto, tal como en su momento lo hicieron los duques de Cambridge, William y Kate, tras el nacimiento de sus hijos George, Charlotte y Louis.
Según señaló Harry en su breve comparecencia ante los medios
, en dos días más él y su esposa presentarán a su hijo en público y darán a conocer cómo se llamará. Esto, sin embargo, también
podría ocurrir a través de las redes sociales.
Meghan tampoco dio a luz en el ala privada Lindo del hospital St. Mary, donde tradicionalmente han dado a luz las mujeres de la realeza, y
habría preferido la privacidad de un parto en casa, aunque aún no se ha confirmado si "Baby Sussex" nació Frogmore Cottage, en los terrenos del castillo de Windsor.
Contrariamente a sus primos hermanos,
el recién nacido no será príncipe, a menos de que la reina Isabel II, su bisabuela, así lo decida. Tampoco se ha anunciado todavía qué título tendrá.
El pequeño podría ser conde de Dumbarton (Escocia), el segundo de los títulos nobiliarios que la reina atribuyó a Harry en ocasión de su boda con Meghan, el 19 de mayo de 2018.
El niño será bautizado por la Iglesia anglicana, vestido con una réplica del traje de encaje y satén que llevó la hija mayor de la reina Victoria en 1841. El original, que lucieron 62 bebés de la familia real, no se utiliza desde 2004 para que no se deteriore.
Los miembros de la familia real son por lo general bautizados por el arzobispo de Canterbury en la capilla real del palacio de Saint James, con agua del Jordán -donde Jesús fue bautizado por Juan Bautista según el Evangelio-, vertida sobre la pileta de plata esculpida con nenúfares que utiliza la familia real desde hace varias generaciones.