Almora es consolado por uno de sus compañeros de equipo.
AP
Los
Chicago Cubs y los Houston Astros disputaron anoche un encuentro en el estadio Minute Maid Park repleto de fanáticos del béisbol, uno de los deportes más populares en Estados Unidos.
En la cuarta entrada,
Albert Almora Jr. se instaló sobre uno de los platos, porque era su
turno de batear. El pitcher de los Houston lanzó la pelota y Almora
le dio con mucha fuerza, pero la bola se fue de foul y
terminó en las graderías. En ese momento, el beisbolista
se llevó las manos a la cabeza y dio un par de pasos hacia adelante, visiblemente consternado.
El motivo de la preocupación de Almora era que
la pelota, que viajaba a unos 160 kilómetros por hora,
golpeó en pleno rostro a una niña pequeña. Muy afectado, el jugador se arrodilló cerca del plato y dos de
sus compañeros se acercaron para consolarlo.
Unos segundos después, Almora volvió a ponerse de pie y, con sus
ojos rojos de llanto,
intentó calmarse para continuar con su turno en el bate.
Mientras tanto, en las graderías
la niña fue tomada en brazos por un hombre y llevada escaleras arriba. La pequeña
estaba consciente y lloraba desconsoladamente.
Crédito: AP.Al parecer, la afectada estaba ubicada en un lugar donde la red de protección llegaba hasta más abajo.
Tras finalizar la entrada, Almora, quien parecía todavía abatido emocionalmente, se acercó a una empleada de seguridad en la tribuna, cerca de donde estaba sentada la menor. El pelotero y la empleada conversaron y se abrazaron.
Tras el encuentro, los Astros informaron en un comunicado, que
la niña había sido trasladada a un hospital. "Los Astros envían nuestros pensamientos y oraciones a toda la familia", señalaron.
Almora también se refirió al incidente. "En este momento,
solo rezo y estoy sin palabras (...) Siendo un padre, dos niños... pero si Dios quiere, podré tener una relación con esa niña por el resto de mi vida. Pero solo oraciones en este momento, eso es todo lo que realmente puedo controlar", sostuvo.
Mira a continuación cómo fue el momento y la reacción del beisbolista cuando la bola golpeó a la niña.