Todavía no empieza el invierno ni se ha alcanzado el peak de las enfermedades respiratorias, pero
los resfríos están a la orden del día en oficinas, colegios y otros lugares de alta afluencia de personas.
Una
forma tradicional de combatir los molestos catarros es el consumo de
vitamina C. También conocida como
ácido ascórbico, se trata de una vitamina
hidrosoluble -que se disuelve en agua- y que además tiene
propiedades antioxidantes,
ayuda a la absorción de hierro y
actúa como inhibidor de histamina, compuesto que se libera durante las reacciones alérgicas.
"Diversos autores manifiestan que
previene el riesgo cardiovascular y el cáncer", añade Natalia Ulzurrun Magaña, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Andrés Bello.
Pero,
¿efectivamente la vitamina C sirve para combatir los resfríos? "Existen muchas controversias", responde la especialista. Y agrega: "
Distintos autores señalan que el consumo de esta no protege de contraerlo, aunque se consuma más de la dosis recomendada. Sin embargo,
otros explican que sí existen evidencias de que la vitamina C
acorta la duración de los resfríos y alivia los síntomas si se consume diariamente".
Eso sí, Natalia Ulzurrun llama a ser
responsables con las dosis de ácido ascórbico que se ingiera, porque
en exceso puede provocar diarrea, náuseas y cólicos estomacales.
"Incluso puede causar
hiperoxaluria, una enfermedad donde se
acumula oxalato cálcico en los túbulos renales ocasionando cálculos, lo que puede
dañar la función renal", advierte la especialista.
En este sentido, Ulzurrun explica que según lo establecido por la Dietary Reference Intakes (DRI), los
hombres adultos deben consumir un
máximo de 90 mg de vitamina C
por día y las
mujeres 75 mg, con un
límite de 2.000 mg diarios para ambos.
"La vitamina C
es un nutriente esencial porque entrega varios beneficios. Lo importante es
no sobrepasarse de las dosis", recalca la académica.
Alimentos estrella
Y si bien lo más práctico para incorporar la vitamina C al organismo es a través de suplementos, lo mejor es hacerlo
consumiendo alimentos que tengan un alto contenido de esta.
En este sentido, por lo general se asocia el ácido ascórbico con
los kiwis, las naranjas y los limones, y de hecho estas frutas son las que presentan una gran cantidad de milígramos de vitamina C por cada 100 gramos. En el caso de los primeros, por ejemplo, la variedad amarilla tiene 161 mg cada 100 gramos, en tanto que la verde 92,7 mg.
En tanto, los
limones y las
naranjas aportan 52 mg y 53,2 mg cada 100 gramos, respectivamente.
Pero también
hay otros tres alimentos que presentan un
alto contenido de vitamina C, aunque no son tan asociados con esta. El primero es el
brócoli, que tiene 113 mg cada 100 gramos; le sigue el
pimentón, con 128 mg; y por último el
repollo, con 186 mg.
Las
frutillas y las
papayas se acercan a las cantidades de los limones y las naranjas, con 58,8 y 60,9 mg cada 100 gramos respectivamente.
Más abajo en la tabla están el
mango (36,4 mg), el
pomelo (34,4 mg), las
frambuesas (26,2 mg) y las
moras (21,0 mg).
Finalmente, los alimentos que tienen un
menor contenido de vitamina C son el
tomate (13,7 mg) y los
arándanos (9,7 mg).
"Consumir
dos porciones diarias de ensaladas, tres de frutas y llevar una
alimentación saludable y equilibrada, nos permitirá mantener un
estado de salud óptimo y así tener una
mejor calidad de vida", concluye Natalia Ulzurrun.