El
Tribunal Supremo de Francia anuló este viernes la decisión
de una corte de apelación de
ordenar que se reanudara la alimentación e hidratación artificial del tetrapléjico francés Vincent Lambert, lo que
abre la puerta a cesar el tratamiento que lo mantiene con vida.
El caso se ha convertido en el país en
símbolo del debate sobre la eutanasia y mantiene enfrentada a su familia, en la que sus padres, fervientes católicos, luchan por que siga conectado, y su mujer y tutora legal intenta poner fin a lo que califica de ensañamiento terapéutico.
El
dictamen del Supremo considera incompetente a la otra corte y
declara el caso cerrado al no reenviarlo a ningún otro juez, lo que
de forma indirecta autoriza al equipo médico a desconectar a ese antiguo enfermero de 42 años.
La decisión del Supremo, que solo se centró en las competencias judiciales de la Corte de Apelación, llega tras el recurso presentado por el Gobierno francés y el hospital de Reims, en el que Lambert está ingresado.
"Ya no hay más recursos posibles", dijo a la prensa el abogado de la esposa, Patrice Spinosi, mientras que la defensa de los padres lamentó que Francia no haya respetado, en su opinión, su obligación de defender "al débil frente al fuerte".
El Ejecutivo y el hospital decidieron acudir al Supremo después de que el Tribunal de Apelación ordenara el pasado 20 de mayo reanudar su alimentación artificial horas después de que los médicos iniciaran el protocolo para suspenderla.
Los abogados de los padres anunciaron que pedirán al Comité de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad -que pidió frenar la desconexión de Lambert mientras revisa el caso- que intervenga ante el Gobierno francés.
En ese sentido, informaron de que la madre del paciente intervendrá este lunes en Ginebra ante la Comisión de la ONU de Derechos Humanos para presentar el caso de su hijo tetrapléjico.