El miembro más joven de la familia real de Gran Bretaña, Archie Mountbatten-Windsor, fue bautizado este sábado en una ceremonia familiar privada en el Castillo de Windsor.
El hijo de solo dos meses de los duques de Sussex, Harry y Meghan, fue bautizado en una capilla del castillo por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, jefe de la Iglesia de Inglaterra.
"El duque y la duquesa de Sussex están muy felices de compartir la alegría de este día con los ciudadanos que los han apoyado increíblemente desde el nacimiento de su hijo. Les agradecen por su amabilidad al dar la bienvenida a su primer hijo y celebrar este momento especial", sostuvo el mensaje de la publicación de su cuenta de Instagram.
"Sus Altezas Reales se sienten afortunadas de haber disfrutado este día con la familia y los padrinos de Archie", añadió.
Archie llevó puesto un vestido de bautizo de encaje y satén, una réplica de uno hecho para la hija mayor de la reina Victoria, que también se usó para sus primos el Príncipe Jorge, la Princesa Charlotte y el Príncipe Luis.
Por su parte, los tíos de Archie, el Príncipe William y su esposa Kate, fueron vistos llegando al castillo antes de la ceremonia y estuvieron presentes también el Príncipe Carlos y su esposa Camila, la madre de Meghan, Doria Ragland y un acotado grupo de amigos cercanos a los duques de Sussex, un total de unas 25 personas.
Los padres de Archie diseñaron la ceremonia religiosa sin la presencia de los medios de comunicación, al contrario de lo que hicieron los duques de Cambridge con sus tres hijos, porque están decididos a mantener a su primogénito como un "ciudadano privado", según han explicado los medios locales.
El bautizo, entonces, fue un evento de bajo perfil para los estándares de la realeza, en el que tampoco estuvo presente la bisabuela de Archie, la Reina Isabel II de Inglaterra, quien indicó que tenía otros compromisos, algo no inédito en la monarca, ya que el año pasado tampoco asistió al bautizo de su bisnieto el príncipe Louis.
Cabe recordar que una de las polémicas de esta semana acerca del bautizo fue la decisión de Harry y Meghan de negarse a revelar los nombres de los padrinos de Archie, y no darle al público un vistazo del evento. Pero esto no impidió que los simpatizantes fueran a Windsor con banderas, pancartas e incluso la torta Union Jack, un pastel para celebrar la ocasión.
La decisión de la pareja real provocó controversia debido a la reciente revelación de que su hogar en Windsor fue renovado gracias a 2.4 millones de libras ($ 3.06 millones) de dinero de los ingleses.
Por su parte, Chris Allerton, fue el encargado de fotografiar a la familia real después del evento religioso.
Archie nació el 6 de mayo y ocupa el séptimo lugar del trono británico.