Todo parece sincronizado en la noche invernal porteña: una nueva edición de la
fiesta Bresh está por suceder y el público lo espera sin prisa pero sin pausa. Se trata del
encuentro concebido como el "más popular de Buenos Aires y las redes sociales", tal y como versa la información oficial. Y es así como se puede constatar antes, durante y después de ingresar al local en el que hoy transcurre la celebración,
Niceto Club.
Si bien
la Bresh es itinerante, el convocante boliche de Palermo es una sede periódica para este suceso y allí acude el
público fanático de estas fiestas, en su mayoría millennials: chicas, chicos, chic@s
entre 18 y 25 años (lo inclusivo es clave aquí).
Desde Niceto Bar (justo enfrente) se organiza la previa. Y también se comienza a ver la fila para entrar.
1 AM, 2 AM, 3 AM. La movida se arma a partir de esta hora. Y se sigue agitando hasta más tarde.
¿Cuál es la fórmula?
Libertad de vestimenta y de ideas, la variedad de música, la convocatoria de gente conocida y
mucha parafernalia estratégicamente pensada para la postal del momento: la selfie.
Crédito: Gentileza Bresh. Esta fiesta nació hace tres años de la mano del productor y DJ Louta y su grupo de colegio, que querían
habilitar un espacio completamente diferente a la noche porteña tradicional. Y así lo hicieron. En primer lugar por este
concepto de libre vestuario y de tolerancia total.
"Se puede ir vestido como quieras, en jogging y zapatillas, por ejemplo. Mientras que, a otros boliches, hay que ir arreglado sí o sí, o las mujeres tienen que ir con zapatos", cuenta María Fernanda (23), asistente fija y vecina del barrio de Palermo.
Los extranjeros también aprovechan la ocasión. Maria do Rosario (19) vino desde Río de Janeiro y está en Argentina para pasar sus vacaciones con amigas. Y entre sus puntos turísticos obligados, figura la Bresh. Cuenta en un acento "portuñol" que leyó en Instagram sobre la movida y que amigas brasileñas que estudian en el país trasandino le contaron de esta fiesta. "Me siento muy cómoda, es como si nadie te estuviera observando", asegura. Justamente,
la fiesta tiene como lema eso: no al acoso.
Otra constante es la diversidad: hay un
espíritu multicolor, donde abunda el respeto por la
diversidad de género y
se repudia el patriarcado, conceptos bien presentes en muchas camadas de jóvenes argentinos. Incluso, parte de muchos atuendos son los pañuelos verdes a favor del aborto legal.
Crédito: Gentileza Bresh.
El plus es la música, ya que la fiesta
capta una nostalgia de los años '90 y el nuevo pop del momento. Aquí hay de todo: reggaetón, música latina y global, hits de las últimas décadas. "Está bueno porque es distinto de las fiestas electrónicas donde se escucha toda la noche un mismo género", dice Agustín (21) que vive y trabaja de mesero en Quilmes (zona sur de Buenos Aires), mientras suenan "Don" (Miranda!) y "Anaconda"(Nicki Minaj).
Por supuesto,
la asistencia de influencers es un atractivo en sí mismo: personajes populares por las redes sociales, raperos y actores se suelen sumar a la fiesta, entre ellos, las actrices Ángela Torres y Oriana Sabatini, la líder estudiantil y candidata a diputada Ofelia Fernández o los actores cordobeses de Hecatome, entre otros.
Desde el público se puede ver que
la mayoría de los conocidos baila y toma tragos arriba del escenario, detrás del DJ/agitador o agitadora (esta noche, como es común, es el turno de HTML, @Jua.n.e y Bröder).
Por último, como en cualquier punto pensado para nuevas generaciones,
el ambiente fotografiable es un clásico. Y la Bresh lo cumple.
Todo es instagrameable, hay selfie spots, efectos especiales, luces y un puesto de glitter, para que cada asistente elija los colores y diseños que le gustan. Y salga a la pista: a bailar. Y a brillar.
Crédito: Gentileza Bresh. 
