Un grupo de legisladoras de
Reino Unido están trabajando para impulsar un proyecto de ley que tiene como fin adoptar políticas claras en torno a proteger los
derechos de las mujeres trabajadoras durante la menopausia.
Quienes promueven la iniciativa consideran que las políticas acerca de la etapa de la vida en que los
ovarios dejan de producir las hormonas femeninas, deberían ser tan comunes como las de maternidad en las empresas y organizaciones.
Una de las impulsoras de la ley es la diputada del Partido Conservador
Rachel Maclean, quien a través de sus redes sociales y sitio web ha estado compartiendo
experiencias propias y de otras mujeres en torno a la menopausia, para que se normalice el tema en los empleos y los problemas que muchas enfrentan en sus trabajos debido a los síntomas.
Otras de las legisladoras que su unió a la campaña fue la diputada laborista
Carolyn Harris. "Creo firmemente que debería haber una
legislación que garantice una política de menopausia en todos los lugares de trabajo", afirmó a The Guardian.
"Los empleadores deben hacer más. Las t
rabajadoras no reciben el apoyo que necesitan y es muy difícil para las mujeres. Mi mensaje central es: la menopausia es el último tabú porque todavía se oculta y solo afecta a mujeres mayores.
Es sexismo", aseguró Maclean, agregando que ha escuchado muchos relatos "horribles y desgarradores".
Según el medio británico, alrededor del
80% de las mujeres experimenta síntomas durante la menopausia, la cual se produce cuando la ovulación se detiene producto de la disminución de los niveles hormonales. Una de cada cuatro tiene síntomas graves, incluyendo depresión y ansiedad, lo que las puede llevar a ser diagnosticadas con problemas de salud mental y necesiten la administración de medicamentos.
Un estudio del centro
Newson Health aseguró que más de un tercio de las mujeres se han sentido
incapaces de confrontar los problemas de síntomas de menopausia con sus jefes. Mucho de esto se debe al temor de ser objeto de burla, y sobre todo, por no ser algo considerado como una "verdadera" enfermedad.
Uno de los casos derivados de esta problemática fue el de la trabajadora
Mandy Davies, quien el año pasado ganó una querella que puso en los tribunales laborales de Escocia por despido injustificado. La empleada había perdido su trabajo a causa un incidente relacionado a los
remedios que estaba tomando para la menopausia. Davies aseguró que había sido desvinculada y discriminada como resultado de una discapacidad, contando al tribunal sus síntomas que incluían sangrado abundante, pérdida de memoria y confusión, y que durante sus 20 años en la empresa había tenido un historial de empleo intachable.
A partir de su declaración, el juez
declaró inaceptable que fuera despedida a causa de la "incapacidad" y decretó su inmediato reintegro junto con una pequeña indemnización.