SANTIAGO.- Problemas de higiene, infertilidad y mayor probabilidad de producir cáncer en el futuro son algunas de las razones por las que se recomienda operar a tiempo a niños que presenten problemas como la fimosis, estrechez del prepucio, o la criptorquidia, el no descenso de uno o ambos testículos.
Y si bien las cirugías para corregir estas condiciones son frecuentes y, por lo general, no implican mayores riesgos para los pacientes, muchos padres tienen dudas en torno a los procedimientos y a cómo identificar si su hijo padece algunos de estos problemas. Es por eso que el jefe de Cirugía Infantil de Clínica Alemana, Jorge Rodríguez, aclaró en detalle estas intervenciones.
En primer lugar, el especialista aclaró que la gran mayoría de los niños, alrededor de un 95%, nace con el prepucio estrecho, condición que se conoce como fimosis. Esta característica, que impide retraerlo con normalidad, por lo general se corrige espontáneamente con el tiempo.
“El 95% de los niños nacen con el prepucio estrecho. Sin embargo a los cuatro años de edad el 95% de ellos está sano sin haber necesitado ninguna intervención. Por eso no se conoce como una condición patológica, sino que es algo normal que, como muchos órganos en los niños, debe ir madurando”, señaló.
Si al cumplir los cuatro años la fimosis no se ha corregido por sí sola, se recomienda intervenir quirúrgicamente para evitar problemas de higiene y dificultades en la función sexual a futuro.
La cirugía dura alrededor de 40 minutos y consiste en “cortar el cuero que está estrecho y poner puntos alrededor que luego se caerán solos. La recuperación es bastante buena y por lo general los niños se van a sus casas a las pocas horas”, aseguró el jefe de Cirugía Infantil.
Dos preocupaciones frecuentes que tienen los padres al momento de tomar la decisión de operar a sus hijos tienen que ver con la anestesia y con el proceso de recuperación.
Respecto al primero, Rodríguez señaló que los riesgos en torno al uso de anestesia en niños sanos son muy bajos. Sobre la recuperación, aclaró que “sin duda alguna el pene es un órgano muy sensible y se van a generar ciertas molestias pero nada que no se vaya a controlar con los analgésicos habituales”.
Si bien se puede operar a los niños después de los cuatro años, la recomendación siempre es intervenir cuanto antes ya que la recuperación y el porcentaje de complicaciones es mucho menor al realizar la misma intervención, por ejemplo, a los 14 o 15 años.
El especialista explicó que esto ocurre porque los vasos sanguíneos son finos en un niño pequeño, por lo que son menores las probabilidades de desarrollar hematomas o un sangrado importante.
Uno de los mitos que aclaró el médico es que no se recomienda realizar masajes a los niños pequeños para revertir la estrechez del prepucio. A pesar de que existe la creencia que con ellos se puede mejorar la fimosis, en realidad lo que ocurre es que se generan pequeñas heridas que al cicatrizar empeoran el problema.
Criptorquidia o el mal descenso testicular
Otro de los problemas por lo que frecuentemente los niños se someten a operaciones es por el no descenso de uno o ambos testículos, condición que se conoce como criptorquidia.
El especialista señaló que esta condición afecta al 3% de los menores que nacen “de término”, o con más de 38 semanas. En el caso de los niños prematuros, esta cifra alcanza hasta un 30%.
“Es importante el diagnóstico y tratamiento de esta condición, porque está establecido que a partir de los nueve meses de edad un testículo que no está en escroto empieza a tener problemas en el desarrollo y específicamente en la línea de producción de espermios a futuro”, dijo Rodríguez y añadió que si la condición afecta a ambos testículos puede generar un trastorno de fertilidad.
Adicionalmente, tratar el mal descenso testicular a tiempo se asocia con menores riesgos de padecer cáncer a futuro.
“Hay múltiples investigaciones que indican que mucho de los pacientes que van a hacer un tumor testicular a futuro han tenido una criptorquidia. Por eso ha habido un esfuerzo para adelantar el tratamiento y dejar en escroto ese testículo cuanto antes. Si antiguamente se operaba al año o a los dos años, hoy en día a los seis meses ya se está interviniendo”, dijo el médico y destacó que se espera que con esto el índice de tumores testiculares asociados a la criptorquidia disminuya en el futuro.
Para conocer más sobre estas intervenciones y patologías puedes revisar la entrevista completa.