La descalificación de la estudiante
Breckynn Willis (17), una de las mejores nadadoras de su colegio, en una competencia de 100 metros de estilo libre por haber violado las reglas de los uniformes, a pesar de que sus demás compañeras llevaban puesto el mismo, desató polémica en Estados Unidos.
Uno de los árbitros que vigilaba la competencia en el establecimiento Dimond de Anchorange, en Alaska, el viernes pasado en la que la joven había resultado ganadora, decidió de un momento a otro descalificar a
la nadadora.
Según los jueces, su
traje de baño mostraba partes del cuerpo de más, a pesar de que las otras compañeras llevaban exactamente el mismo uniforme y que este había sido elegido por el mismo establecimiento.
La decisión del fiscalizador
abrió una discusión en torno a la discriminación corporal hacia la estudiante entre la comunidad de natación, escolar, los apoderados, llegando incluso hasta personalidades del mundo del deporte.
La capitana del equipo de natación de otro establecimiento del área y ex entrenadora de Willis,
Lauren Langford, se opuso firmemente a la decisión y aseguró que esa era la forma en que a la estudiante le quedaba el traje de baño durante la competencia, ya que tenía un
cuerpo con curvas y mestizo. La entrenadora aseguró al Washington Post que cree que el
racismo y el sexismo pudo haber sido un factor, dado que la joven es de las pocas atletas no blancas en un deporte donde principalmente dominan estos últimos. "Todas las chicas llevan trajes que están cortados de la misma manera. Y la única que fue descalificada es de raza mixta con rasgos más redondos y curvilíneos", dijo Langford.
La capitana publicó su opinión en un blog donde explicaba la situación y cómo las expectativas de los uniformes
fiscalizaban injustamente a los cuerpos de las jóvenes. "Estas nadadoras no están siendo castigados por usar sus trajes de baños de forma escandalosa o provocativa, sino más bien porque sus caderas anchas, pechos amplios y tez oscura se ven diferentes a los de sus compañeras delgadas y pálidas", aseguró.
Por su parte,
Sandy Searcy, directora de deportes de la Federación Nacional de establecimientos del estado, aseguró a ABC News que las reglas de los uniformes y sus expectativas no tenían un género en específico, y que la normativa indicaba, desde los años '70, que en ambos casos los trajes de baños debían cubrir las partes íntimas de cada uno, por lo que
seguirán rigiéndose por esa regla hasta que no se cambie. Sin embargo, después de que apelaran al fallo del árbitro, la Asociación de Actividades Escolares de Alaska
revocó la descalificación e hizo devolver todos los puntos del equipo y los individuales a la afectada. Esto fue otorgado bajo la base en que el juez notificó a la estudiante sobre la violación a la norma después de que compitiera y no antes como lo establece la política.
Debate ante lo sucedido
A pesar de ser desestimada la descalificación, el debate quedó instalado llegando incluso hasta la ex tenista estadounidense
Billie Jean King, quien publicó en su cuenta de Twitter su rechazo hacia la situación de la estudiante.
"Una de las mejores nadadoras de Alaska, que acaba de ganar su carrera, fue descalificada por un árbitro por la forma en que su traje de baño, entregado por su escuela, se le ajustaba al cuerpo.
La vigilancia constante del cuerpo de las mujeres es ofensiva, sexista y equivocada. Esto debe terminar", escribió en la publicación, la cual lleva más de mil comentarios.
Asimismo, la entrenadora Langford aseguró que a pesar de que se le devolvió el título a Willis aún quedan asuntos por resolver. "
No se trata de cómo te ves, sino de lo duro que trabajas y lo fuerte que eres mental, física y emocionalmente en el día de la competencia, y es eso en lo que la gente debería enfocarse", señaló.