SANTIAGO.- Si bien estudió un tiempo psicología, cuando conoció al ya fallecido fotógrafo chileno, Sergio Larraín -a quien considera su gran mentor-, Cecilia Guridi se interesó de inmediato en el área. Aunque siempre le había gustado el sonido de la cámara, en ese entonces aún no tenía la certeza de dedicarse completamente a la fotografía.
Hace más de 15 años, Cecilia emprendió rumbo a Nueva Zelandia, donde siguió con sus estudios de fotografía. Su mentor le hizo entender que este oficio podía tardar décadas en perfeccionarse. Pero algo cambió cuando trabajó en el Ministerio de Relaciones Interiores de dicho país, donde se relacionó con inmigrantes y refugiados durante seis años: "Ahí dije, 'hay mucho que hacer a través del arte' (...). Encontré que había una parte más altruista, más humana, para hacer una labor más social así como artística", recuerda.
Yo no soy la persona que va a hacer el milagro ni nada, yo no me tiro para arriba. Pero si puedo aportar con un granito de arena, feliz, no me interesa nada más"
Cecilia Guridi, fotógrafa chilena
Junto a su marido, a principio de año planifican viajes a distintos lugares del mundo. A veces por trabajo de él, a veces por interés mutuo. Otras, tratan de cumplir un sueño, y algunas organizaciones los han llevado a países como El Líbano o Uganda. Y es que para la fotógrafa, su actual vocación ha tomado un rumbo fijo: "No me gusta hacer viajes sin un propósito", comenta.
Porque cuando Cecilia conoce lugares y ve condiciones precarias o que la gente necesita ayuda, le da "una pena espantosa haber pasado por ahí y no hacer nada. Yo no soy la persona que va a hacer el milagro ni nada, yo no me tiro para arriba. Pero si puedo aportar con un granito de arena, feliz, no me interesa nada más", asegura.
La selva africana
A Cecilia no le gusta definir las fechas o trazar el tiempo, pero hace cerca de dos años tuvo la oportunidad de emprender rumbo a cumplir su sueño: en 1992, el grupo musical Deep Forest sacó un disco con el mismo nombre, usando para sus canciones grabaciones de la tribu Baka, una de las comunidades africanas más antiguas de las que se tiene registro, conocidas también como "pigmeos" por su estatura cercana a 1,50 metros. "Me enamoré. Me obsesioné. No me preguntes por qué", cuenta.
*Cecilia en la selva africana. Gentileza Cecilia Guridi.
*Cecilia en la selva africana. Gentileza Cecilia Guridi.
En los cuatro meses de viaje, la selva de Camerún fue su primer destino, donde estuvo cinco días adentrándose en ella. Si bien no es un bosque impenetrable, "es oscura, porque las copas son tan, tan altas, que el sol llega apenas. Entonces vas entrando y está toda la parte de lo espeluznante que puede ser, pero también de lo maravilloso que es, de lo surrealista", relata Guridi.
"Llueve cinco veces al día, torrencialmente, en distintas horas, entonces nunca estás seco", recuerda, "y cuando deja de llover, todo, todo empieza a brillar con el sol. Pero brilla como Avatar (la película). Y en cuanto deja de llover, salen 150 mil mariposas. Es mágico. Cómo retratar esto", comenta la fotógrafa.
Caminando en silencio, Cecilia tuvo que aprender a reconocer los ruidos de la selva, como cuando un gorila está cortando ramas o un elefante las está derribando. "Y llega el minuto que te dicen que si aparece el elefante, 'corran, corran por sus vidas'. Pero dónde corremos, si ahí no puedes cortar, yo no tengo el machete, él lo tiene", relata. Sin embargo, para Cecilia "todo ese miedo queda totalmente opacado por la curiosidad y la belleza. Al final te da lo mismo. Volvería mañana, aunque me muera de miedo de nuevo", asegura.
*Gentileza / ©Copyright Cecilia Guridi Photography
*Gentileza / ©Copyright Cecilia Guridi Photography
*Gentileza / ©Copyright Cecilia Guridi Photography
*Gentileza / ©Copyright Cecilia Guridi Photography
Entonces, continúa Guridi, "vas tan pendiente de todo estímulo posible que es cansador por un lado, pero nunca en la vida te vas a sentir más viva (...). Porque acá hay una rama, o una hoja. Si hay una serpiente arriba de la hoja y se despierta porque pasaste, la serpiente va a hacer esto", dice, simulando un ataque con su brazo. Además, el suelo "es un caos. Te vas cayendo, te enredas en las raíces, el camino está cortado, que cuidado con las hormigas".
Incendios
En los parques nacionales de África, "en la mayoría hay incendios controlados", una técnica agrícola para fertilizar el suelo. Sin embargo, la fotógrafa supone que la responsabilidad no es de "ninguna civilización o tribu dentro de la selva. Es el agricultor", señala Guridi, aunque aclara que "es una suposición, no un juicio".
10 milfocos de incendios hay sólo en Angola y República Democrática del Congo según la NASA
"Hay una empresa con un dueño -que seguramente el gobierno le dio un pase-, y llegan y talan, y queman, y llegó el viento, y (el fuego) se descontroló. Porque también África es África", explica la fotógrafa. "Siempre voy a defender al animal, a la sociedad y al grupo que esté adentro, la tribu en este caso", dice. "Porque si está pasando lo que está pasando en el Amazonas, con los bosques, ¿qué pasa con las tribus de adentro? ¿Con toda esa gente?", cuestiona Cecilia.
"El integrante de la tribu si hace un fuego, lo va a apagar, porque sabe que ahí peligra su tierra, lo sabe perfectamente (...). Ahora, el dueño de fundo o de tierras sí sabe que es capaz de hacer cualquier cosa, porque esa plata es muy importante para ellos, no para las personas que están dentro de la selva", manifiesta Guridi.
"Dos órganos de la vida"
Cecilia propone: "Tengamos 5 minutos de pensar desde fuera. El Amazonas, si lo comparas con África, está ahí al lado. En este minuto nos tomamos un avión y en pocas horas estamos aterrizando en Brasil. Está al lado (...). Si ves esto como un astronauta y dejas de pensar en el costo del pasaje y las horas de vuelo, está al lado", reitera, "y estamos arruinando o participando de eso".
En cuanto a diferenciar los siniestros que ocurren tanto en la Amazonía -donde hubo un aumento del 78% de focos de incendios en comparación a 2018 hasta agosto de este año- como en el continente africano, Cecilia es categórica: "Estamos realmente velando por exactamente lo mismo porque además, el pulmón del Amazonas y el corazón de África, son los dos órganos de la vida".
"No puede ser que todas esas tribus del Amazonas no sobrevivan. Nadie de afuera tiene ningún derecho de erradicarlas o de modernizarlas y de, definitivamente, cortarle los bosques", manifiesta la fotógrafa, misma opinión que comparte sobre las tribus africanas.
El encuentro con los Baka
Pasados los cinco días entrando a la selva, con caminatas de cinco o seis horas, llegó a uno de los campamentos de la tribu Baka. "Fue impresionante. Desde 1992 que yo había soñado con, por lo menos, escucharles la voz", relata, por lo cual su propósito en este viaje fue sacar la mayor cantidad de fotos posibles a los miembros de la comunidad.
Si bien dice que ya no es una tribu tan autóctona, porque -por ejemplo- utilizan ropa americana usada, la experiencia para Cecilia fue única: "Nunca he conocido gente más generosa y más maravillosa en mi vida. Nunca", asegura. "La gentileza, la ingenuidad, la calma, la paz de ellos, es otro nivel". El mensaje de la tribu es simple: "Esta es nuestra tierra, esta es nuestra forma de vida, es lo que queremos pasarle a nuestros hijos", afirma.
*Cecilia junto a comunidad Baka. Gentileza Cecilia Guridi.
"Hubo un tiempo hace cientos de años atrás, en que los cazaban por sus poderes mágicos porque en África todo el mundo sabe la magia de los Baka. Osea, detrás del canto difónico que tienen, detrás de las costumbres que son maravillosas, hay una magia. ¿Cuál es la magia? Yo creo que es tan simple como que están totalmente inmersos en la naturaleza. Viven por la naturaleza, para la naturaleza, y esa es la vida", destaca Cecilia.
"¿Cuál es la magia? Yo creo que es tan simple como que están totalmente inmersos en la naturaleza. Viven por la naturaleza, para la naturaleza, y esa es la vida"
Cecilia Guridi, fotógrafa chilena
"Pero a la vez es ordinariamente común porque somos exactamente iguales. (...) Porque cuando nos sentamos debajo de la lluvia, cuando bailaron, cuando pasó algo divertido, nos reímos exactamente de lo mismo. Por supuesto que hay diferencias culturales, pero como seres humanos de piel no morimos de diferencia. Comimos con la misma hambre, celebramos con la misma alegría", dice la fotógrafa.
Guridi, junto a un equipo, se encuentra trabajando en un material audiovisual con el contenido obtenido de este viaje: "Puede que a nuestro documental no le de para nada. Pero si se sube a Youtube y algunas personitas lo ven, está fantástico", asegura.
Uganda: "Ya los echaron de la selva"
Luego de recorrer Camerún y República del Congo, estuvo dos meses en Uganda trabajando en un hospital público rural, "donde recibían a una tribu que ha sido erradicada de Bwindi, que es la selva impenetrable de Uganda".
*Gentileza / ©Copyright Cecilia Guridi Photography
"Si eliges ir a ver un gorila al bosque impenetrable de Uganda, te das cuenta de que ahí estás fomentando el turismo, pero la plata se va a unas pocas personas, que es el Gobierno, y que a la tribu del bosque impenetrable los erradicaron, y están fuera. Y ellos no tienen cómo volver a entrar", relata Guridi, y enfatiza: "Los echaron. Eso es grave, porque esta gente tan mágica. ¿Su magia dónde va? No puede ser".
Y similar ocurre en Camerún: "Se reduce la selva, aumenta la ganadería y la agricultura alrededor de la selva, y la gente necesita plata y opciones. Entonces los hijos jovencitos de los Baka salen a trabajar en agricultura", lamenta Cecilia. "Ya perdieron su cultura. Nosotros presenciamos cómo al regreso en la noche ellos les cantan -porque todo lo hacen cantando- para recibir a sus hijos que vuelven de trabajar. Eso demuestra que ya tan aislados no están, y ese es el temor".
"Esto es un funeral"
Para Guridi el problema central es otro: "Más que quemas, el bosque se corta. Y te llega a doler la guata y el corazón, por decirlo de un modo, cada vez que pasa un camión", relata Cecilia. Y es que la tala de árboles en la selva africana, además de los incendios, es la principal causa de deforestación.
*Gentileza / ©Copyright Cecilia Guridi Photography
*Gentileza / ©Copyright Cecilia Guridi Photography
"Eso es un cadáver", recuerda pensar Cecilia cada vez que veía pasar un camión con "un único tronco, que tiene cientos de cientos de años, 400 o 600 años", cuenta. "Y cuando 10 minutos después pasa otro camión hacia la selva, pasa otro cadáver. Y 15 minutos después pasa otro... Y así ves que en el día entero pasan cada 15 o 30 minutos, y dices 'esto es un funeral, y es grande'", manifiesta.
Y es que según recientes declaraciones del presidente congoleño, Félix Tshisekedi, "al ritmo actual de crecimiento de la población y de nuestras necesidades energéticas, nuestros bosques están amenazados de extinción para el año 2100", exponiendo el grave peligro que corre la selva africana.