Actualmente
las personas consumen y desechan más ropa que nunca. Una realidad que coincide con el
dominio del denominado "fast fashion", ese modelo de negocio que se basa en
vender grandes volúmenes a bajos precios. Por lo general, las empresas que adhieren a él crean micro colecciones que van lanzando cada pocos meses, para entusiasmar a sus clientes a estar constantemente adquiriendo nuevas prendas.
Al "fast fashion" se contrapone el
"slow fashion", que plantea la idea de que es mejor
comprar menos prendas, pero más durables. Una propuesta muy ad hoc a los tiempos que vivimos, ya que según datos de las Naciones Unidas,
la industria de la moda es responsable de alrededor del 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, un índice más alto que el total producido por el transporte aéreo y marítimo juntos.
Pero,
¿cómo adquirir poca ropa y de buena calidad? The New York Times entregó siete consejos para lograrlo, que te compartimos a continuación.
1.- Elige prendas que realmente te gusten, te queden bien y sean versátiles
De poco sirve comprar algo que no te convence del todo, que
es incómodo o que es
difícil de combinar, ya que lo más seguro es que lo uses poco o nada, y finalmente
termines desechándolo y adquiriendo algo que lo reemplace.
Asimismo,
no creas que porque en las redes sociales posaste con una prenda en particular, no debes volver a usarla, porque incluso hasta los miembros de la realeza aparecen más de una vez en público luciendo los mismos trajes o vestidos.
2.- Opta por telas que se sientan bien al tacto
Si el género de una blusa es muy rígido o la lana de un chaleco te provoca picazón, es probable que termines descartando esas prendas en el corto plazo. Por esto,
a la hora de comprar, pon especial atención a cómo se siente la prenda sobre tu piel, para tener la seguridad de que luego no la dejarás guardada en lo más profundo de tu clóset o irá a parar a la basura porque su textura te resulta desagradable.
3.- Fíjate en el grosor del material de fabricación
Como regla general,
las telas más gruesas duran más que las delgadas. ¿Cómo lo puedes comprobar? Fácil: si se trata de poleras, camisas o chalecos, pon tu mano entre la capa superior e inferior de la prenda.
Si puedes ver a través de la tela, entonces esta es demasiado delgada.
En el caso de los jeans, debes fijarte en su peso:
mientras más pesados, mejor es su calidad.
4.- Haz la prueba del "tirón"
Esta "evaluación" permite
comprobar si una prenda está bien cosida. Si bien se aplica para todo, especialmente debe realizarse en sostenes y camisas.
Según Cora Harrington, autora del libro "In Intimate Detail" ("En Detalles Íntimos"), a la hora de comprar un
brassier es importante "asegurarse de que
sus puntadas sean uniformes, de que
no se hayan saltado puntadas o
haya puntadas sueltas, o lugares donde
las costuras se están separando".
En el caso de las camisas, una forma de comprobar que están bien confeccionadas es simplemente
tirar las costuras y botones, y así asegurarse de que no se desarmarán cuando las estés usando o con el primer lavado.
5.- En las prendas estampadas, pon atención a los bolsillos
Aunque pueda parecer una banalidad,
si el patrón de un bolsillo no coincide con el del resto de la prenda, es probable que su fabricante esté
priorizando el volumen y no la calidad.
Asimismo, vale la pena fijarse si es que fuera de las costuras se dejaron algunos
centímetros de tela adicional, ya que
eso permite arreglar las prendas y no simplemente desecharlas si es que tienen alguna rotura o comienzan a quedar un poco ajustadas en caso de subir un poco de peso.
6.- Verifica los materiales de fabricación
Lee las etiquetas de las prendas que quieres comprar y revisa si los materiales con que están confeccionadas permitirán que estas duren más. Por ejemplo,
un buen material para pantalones de todos los días es el tencel, una fibra natural hecha a partir de pulpa de madera que es resistente, durable y cómoda.
En el caso de los chalecos, ten en cuenta que
las fibras sintéticas y las mezclas tienden a acumular más motas que las fibras naturales como la lana o el
algodón. Respecto a este último,
el pima de origen peruano es de excelente calidad, pero muy costoso.
En relación al poliéster, lo ideal es que las prendas no estén fabricadas con más de un 40% de ese material. Sin embargo,
menos es mejor, ya que el poliéster
es una resina plástica que se va liberando al medio ambiente en cada lavado.
7.- Evalúa si es de fácil mantención
La durabilidad de una prenda no solo depende de cómo y con qué material está fabricada, sino que también de su cuidado. Así por ejemplo,
los artículos elásticos -entre ellos los sostenes-
se deterioran menos si se lavan con agua fría y se cuelgan para secar, en lugar de hacerlo en una secadora.
Asimismo, si compras una prenda fabricada con
una tela fina como la seda, debes tener claro que
requerirá mucha más atención y cuidado.
En cuanto a los
zapatos, una opción para extender su vida útil es
reforzarlos con suelas de goma y aplicarles algún
repelente de manchas.
Y si realmente quieres ser una persona sustentable, debes preocuparte de
volver a pegar los botones que se salen o coser alguna rotura, en lugar de simplemente descartar la prenda e ir a comprar una nueva.