No resulta difícil darse cuenta que hoy en día
cada vez son más las personas que adhieren al veganismo, un estilo de vida que se caracteriza por la
negativa a comer carne o cualquier alimento de origen animal. Algunos lo hacen por moda, otras por verdadera convicción y también están
quienes se suman a él para combatir el cambio climático, especialmente luego de que el Panel Intergubernamental (IPCC) sobre el tema afirmara que los gases de efecto invernadero del ganado se reducirían drásticamente, si es que la dieta actual estuviera basada en las plantas.
Bien lo sabe Alejandra Alarcón, nutricionista de Clínica Universidad de Los Andes, quien semana a semana ve pasar por su consulta a veganos o personas que quieren ser uno. "Esto está aumentando,
no hay una estadística fidedigna en Chile, pero en otros países ha aumentado de un 3% a un 10% la cantidad de personas que parten siendo vegetarianas o veganas", sostiene la especialista.
Muchos de quienes quieren sumarse a ese estilo de vida
son adolescentes y aunque Alarcón afirma que "ser vegano puede resultar saludable para el organismo", es importante tener claro que
no es lo mismo que un joven quiera ser vegano a que una persona adulta lo desee.
Por esta razón, le preguntamos a la nutricionista cuáles son
las claves que se deben tener en cuenta cuando un adolescente quiere ser vegano y
qué recomendaciones se les puede dar. En este sentido, Alarcón indica que
lo primero que hay que indagar son las motivaciones que tiene el o la joven.
"Es importante
averiguar qué está pasando con el o la adolescente, el
por qué quiere ser vegano, y una vez que eso se tenga claro, sin hacer ningún juicio de valor ni mucho menos,
observar y ver que no esté con un trastorno alimentario encubierto, que utilice la 'excusa de ser vegano' como una manera de bajar de peso de forma desproporcionada", explica la experta en nutrición.
El siguiente paso -continúa Alarcón- es
evaluar en qué etapa de desarrollo se encuentra, por ejemplo, una joven. "Tú puedes tener niñas de 13 años o puedes tener 'mujeres' de 13 años, entonces ahí van a ser diferentes las necesidades de micronutrientes que tienen ambas (...) Si tenemos
una adolescente que no ha completado su desarrollo o no ha alcanzado su estatura máxima (...)
puede tener deficiencias de micronutrientes y algunos macronutrientes que
podrían afectar su talla final", advierte.
La especialista explica que cuando una joven acude a su consulta con la decisión de hacerse vegana, le realiza una
evaluación nutricional completa, no solo considerando el índice de masa corporal, sino que también sus niveles de grasa y músculo. "Se les pide algunos
exámenes de laboratorio para chequear como están sus niveles de fierro, vitamina B12. A veces en casos especiales se les pide
algunos exámenes específicos de micronutrientes. Pero en general es un
chequeo básico, un perfil bioquímico y algunas vitaminas", detalla.
Dieta variada y suplementación
"Si una persona que decide ser vegana
planifica bien su alimentación, no debería tener ningún problema", asegura Alejandra Alarcón. Sin embargo, para lograrlo hay que tener claro que
los seres humanos necesitan una dieta variada que incluye productos animales como leche, carne o huevo, por lo que
si estos se quitan,
es importante
ser responsables en buscar otros alimentos que ayuden a suplir los nutrientes que se dejan de incorporar al organismo.
En este sentido, lo primero es pensar cómo
reemplazar las proteínas animales con otras de origen vegetal "que no siempre son completas", recalca la nutricionista. "En esto
hay que ser disciplinada", enfatiza Alarcón y agrega que "
las legumbres tienen que estar presentes no una o dos veces a la semana, sino que
todos los días. Hay que buscar maneras de prepararlas que no resulten tan calóricas (...) en ensaladas, hamburguesas, como croquetas, etc.".
En cuanto a las
leches vegetales, la especialista señala que "
no siempre son tan completas tanto en calcio como en proteínas", ambos nutrientes críticos que hay que reemplazar.
Respecto a los
hidratos de carbono, Alarcón indica que lo ideal es elegir
los más integrales.
"Las mamás tienen que aprender a hacer al principio un
registro alimentario, anotar lo que la adolescente está comiendo, lo que le gusta, lo que no, lo que le resulta fácil de preparar y comprar de acuerdo a sus recursos económicos, y en base a eso programar un menú que le permita
comer variado, lo que le gusta y lo que le hace bien", recomienda la nutricionista.
Respecto a los
suplementos y vitaminas,
Alejandra Alarcón sostiene que es importante que sean
recetados por un especialista, porque
se debe evaluar caso a caso. "Puede ser que necesite un multivitamínico, como puede necesitar alguna vitamina en específico", como zinc, calcio, magnesio u Omega 3, presente en los pescados, afirma.
Señales de alerta
Según la nutricionista, es
fundamental poner atención a las variaciones de peso que experimente un adolescente luego de comenzar con la dieta vegana. "Si baja mucho de peso, más de un 10% en unos tres meses, hay que estar atenta (...) A veces en principio bajan, pero después tienden a recuperar el peso a expensas de grasas, no de materia muscular, y les cuesta mantener un poquito más el peso", explica.
Una recomendación que entrega Alarcón para controlar de mejor manera la alimentación, es
plantearle ir cambiando la dieta de a poco. "Que parta siendo flexivegetariana, luego vegetariana y a medida que demuestre madurez en el proceso, llegar a ser vegana (...) Una les pide que demuestren un nivel de madurez para soportar lo que viene y no tener problemas", dice.
La nutricionista también considera importante fijarse en ciertos
signos físicos como la caída de cabello,
que podrían evidenciar que la adolescente no está incorporando suficientes nutrientes. "Cuando empiezan a tener problemas con el fierro o bajan mucho de peso, se les corta el ciclo menstrual o empiezan a tener irregularidades en él. A veces cuando la cantidad de calcio no es suficiente, empiezan a acalambrarse mucho o tienen lesiones deportivas", ejemplifica.
La
rigidez y obsesión con la dieta vegana, tampoco es bueno y puede ser
indicador de trastornos alimentarios. "Que se empiecen a colocar muy perfeccionistas y ves que cuentan la cantidad de almendras o nueces (...) Hay que estar atentas, porque
la idea es que puedan tener cierto nivel de flexibilidad para que esto sea un estilo de vida y no una cosa que les genere angustia", concluye la especialista.