La última cifra dada a conocer es de 1.080 casos confirmados y probables en 48 estados del territorio estadounidense, incluyendo 18 muertes. Las autoridades sanitarias han detallado que el 70% de los pacientes son hombres y más de un tercio del total son menores de 21 años, aunque se han registrado casos desde adolescentes a adultos mayores.
Los pacientes que han llegado a hospitales reportan tos, dolores pectorales, dificultades para respirar, fatiga y vómitos. Los exámenes muestran lesiones en los pulmones y los doctores no pueden encontrar infecciones u otras causas.
Muchos de los reportes involucran enfermedades severas e incluso de riesgo vital, en personas que se podían considerar saludables. Muchos pacientes han recibido oxígeno y otros han requerido ser asistidos por máquinas de respiración. Los antibióticos no funcionan y no está claro si los esteroides han ayudado.
"No sabemos qué tan bien las personas se recuperarán (de las lesiones pulmonares) y el daño puede ser permanente", afirma la doctora Anne Schuchat, de la agencia gubernamental Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés).
Incluso antes del brote, los colegios estadounidenses estaban teniendo problemas en la lucha contra el vapeo entre los estudiantes, por lo fácil que es esconder los dispositivos. Uno de cuatro estudiantes de escuelas secundarias dijo haber vapeado durante el último mes, en la encuesta más reciente del gobierno. Autoridades sanitarias han advertido por años que la popularidad de productos para el vapeo con sabores distintivos entre menores de edad, podía resultar en una vida de uso de tabaco.
Con la preocupación por el vapeo latente, la actual crisis llevó a algunos estados a detener la venta de cigarrillos electrónicos con sabor o aumentar la edad mínima para adquirir los productos a mayores de 21 años. Massachusetts suspendió la venta de todos los productos vinculados al vapeo hace cuatro meses, una acción que hoy está siendo disputada en la justicia. La Casa Blanca anunció también planes para prohibir los productos de vapeo con sabor.
El jueves, la Comisión Federal de Comercio (FTC, en inglés) ordenó a Juul y otras cinco empresas de vapeo, a entregar información sobre cómo venden sus cigarrillos electrónicos.
En tanto, investigadores de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) se están enfocando en la cadena de proveedores, para encontrar qué es lo que está haciendo que las personas se enfermen.
No hay una prueba final y definitiva, pero expertos que han examinado el tejido pulmonar de 17 pacientes, dicen que el daño se parece a quemaduras provocadas por químicos, similares a las que se observan en personas que han sido expuestas a gases venenosos. El doctor Brandon Larsen, de la Clínica Mayo de Arizona, cree que los vapores tóxicos están causando al menos parte de los problemas de salud, según el estudio publicado esta semana en el New England Journal of Medicine.
Las pruebas de laboratorio -aún incompletas- de la FDA, continúan encontrando THC y acetato de vitamina E, un espesante, pero Schuchat advirtió que "pueden haber muchas cosas cosas distintas y desagradables en los cigarrillos electrónicos y productos de vapeo, que pueden causar diferentes tipos de daño pulmonar".
Los estadounidenses creen que la nicotina es una amenaza mucho más grande para la salud pública que el THC, de acuerdo a una encuesta realizada por investigadores del NORC en la Universidad de Chicago. Casi todos los adultos (90%) creen que fumar cigarrillos es dañino, mientras que el 81% cree que vapear productos de nicotina también lo es.
Muchos menos ven peligros de salud en la marihuana, con un 65% asegurando que vapear THC es dañino y un 58% de adultos asegurando que fumar marihuana que contiene THC es dañino. La encuesta, con representatividad a nivel nacional, fue realizada a más de 1.000 adultos entre el 19 y 24 de septiembre.
Expertos en salud generalmente consideran que los cigarrillos electrónicos son menos dañinos que los tradicionales, porque no contienen los productos derivados de quemar tabaco y que pueden provocan cáncer. Y algunos países, incluyendo el Reino Unido, han abrazado el vapeo como una herramienta de salud pública para reducir las muertes derivadas del consumo de tabaco tradicional.
Los reguladores de EE.UU. han tomado una posición más cautelosa. En parte porque aún no existen investigaciones de largo plazo sobre los efectos en la salud del vapeo, de los cigarrillos electrónicos que calientan una solución de nicotina.
La FDA, que regula los productos vinculados al vapeo de nicotina, fijó una fecha límite para mayo de 2020 para que todos los fabricantes envíen sus productos para revisarlos. Bajo las reglas de la FDA, solo los productos que representen un beneficio neto para la salud pública podrían ser autorizados para permanecer en el mercado.
Autoridades sanitarias están recomendando a las personas a dejar de vapear, particularmente productos que contienen THC, y que busquen asistencia médica si tienen problemas para respirar o dolores en el pecho después de vapear.
Schuchat reconoció una preocupación sobre el mercado negro de productos, advirtiendo que los dispensadores legales de marihuana sí están tomando medidas para estar seguros de que los productos que regulan son seguros, aunque añadió: "Con todos los datos que hemos estado viendo, no sé qué puede hoy considerarse seguro".