El 27 de septiembre pasado,
Sheila y Ryan O'Leary llamaron al 911 debido a que
su hijo de 18 meses había dejado de respirar y estaba frío. Paramédicos del condado de Lee llegaron hasta el hogar de la pareja en Cape Coral, Florida (EE.UU.), pero era tarde:
el pequeño había fallecido.
Sin embargo, algo llamó la atención de quienes acudieron a la emergencia: el niño
era extremadamente delgado y tenía sus extremidades inferiores muy inflamadas. Sus hermanos de 3 y 5 años también se veían pequeños para su edad y bastante malnutridos.
Interrogada por la policía,
la pareja explicó que
eran veganos, y que sus hijos se alimentaban fundamentalmente de frutas y verduras crudas. En el caso del pequeño fallecido, también recibía leche materna.
Según el relato de la madre, su hijo de 18 meses
llevaba una semana sin comer, lo que ella atribuía a que estaba en proceso de dentición. La noche antes de su muerte,
el pequeño había sido amamantado por cerca de un minuto y luego
había comenzado a respirar de manera extraña. No obstante, sus padres no pidieron ayuda y se fueron a dormir. Luego el niño falleció.
Según Fox4, una
autopsia realizada al cuerpo del niño determinó que al momento de morir
pesaba un poco más de 7 kilos, estaba deshidratado y tenía problemas renales, todas condiciones asociadas a la desnutrición.
El pasado 6 de noviembre, poco después de que se conociera la causa de muerte de su hijo,
la pareja se entregó a la policía. Sheila y Ryan fueron
acusados de homicidio y negligencia infantil. Pese a las contundentes pruebas en su contra, el abogado de la mujer intentó restarle responsabilidad en el caso.
"El niño había estado enfermo seis meses antes y no se había recuperado por completo. Había comenzado a comer mejor, pero luego empezó la dentición (...) La madre estaba muy preocupada de que eso le impedía comer bien", sostuvo John Musca.
Los O'Leary actualmente se encuentran detenidos en la cárcel del condado de Lee y el 9 de diciembre próximo deben presentarse nuevamente ante una corte.
En tanto, sus otros dos hijos fueron puestos bajo custodia de los Servicios Infantiles. La mujer tenía, además, una hija de 11 años de un matrimonio anterior, pero ella no presentaba problemas de malnutrición, ya que cada dos meses visitaba a su padre biológico, quien le habría proporcionado una alimentación más completa.