Uno de los principales desafíos de la pandemia fue el confinamiento, que forzó a realizar las actividades de forma telemática. Al respecto, el rector de la UAI mencionó que hacerlo en tiempo real no fue tarea fácil, pero que lo más perjudicial para los alumnos fue que ésta modalidad dificulta chequear sus avances y desarrollar un aprendizaje más profundo.
Asimismo, el rector expuso que para contrarrestar los efectos de la brecha digital, la casa de estudios puso a disposición de todos los estudiantes, licencias de programas que les permitieran desarrollar su trabajo en clases y en equipos con sus compañeros. “También dotamos a aquellos alumnos que necesitaban de computadores y banda ancha, para que pudieran continuar con sus carreras”, mencionó.
Beyer fue enfático en la importancia de las clases presenciales; según explicó, la interacción personal de los alumnos con los profesores y compañeros es fundamental, para una experiencia profunda. No obstante, dijo que hay ciertas materias que conviene hacerlas online, debido a razones metodológicas. También, señaló que la enseñanza remota ha sido beneficiosa para los alumnos internacionales y de otras regiones de Chile, que quieren acceder a los postgrados de la universidad.
Con relación al inicio de clases 2022, el rector de la UAI manifestó que “vamos a insistir en la presencialidad lo mayor posible. De todas formas, estamos preparando un programa llamado “blender”, que consiste en una parte online y otra presencial”.
Otro punto que abordó Beyer, fue la formación de los alumnos con las habilidades del siglo XXI. “Creemos que el aprendizaje excesivamente especializado, que caracteriza a las universidades chilenas, está de salida; lo que se requiere es una enseñanza más transversal y que amplíe la mirada”, explicó.
En esa línea, el rector mencionó que el modelo educacional de la UAI, incluirá cursos de artes liberales para todos sus estudiantes. El programa consiste en ocho materias, donde se discuten los grandes asuntos que han inquietado a la humanidad; además, otras ocho materias de disciplinas distintas a la carrera que estudie el alumno, para promover el desarrollo de nuevas habilidades.
“Creo que la tarea que tenemos como universidades, es ir generando instancias de interacción de distintos saberes, para producir profesionales más preparados”, puntualizó el rector de la Universidad Adolfo Ibáñez.