Stella Moris llegando a la prisión de Belmarsh con un vestido diseñado por la británica Vivienne Westwood, quien apoya desde la causa de Assange. Él usará una falda escocesa, en honor a sus ancestros.
EFE
El fundador de WikiLeaks, el australiano Julian Assange, y su prometida, la abogada sudafricana Stella Moris, se casan este miércoles en una prisión de alta seguridad británica, donde éste se encuentra recluido desde su detención en 2019.
Assange y Moris tuvieron dos hijos en secreto durante los casi siete años que el australiano vivió refugiado en la embajada de Ecuador en Londres, donde fue detenido en abril de 2019 cuando el Presidente Lenín Moreno le retiró la protección que le había otorgado en 2012 su predecesor Rafael Correa.
En noviembre pasado, ambos anunciaron su compromiso y obtuvieron autorización para casarse en la prisión de Belmarsh, al sur de la capital.
El enlace lo realizará un funcionario del registro civil y solo asistirán cuatro invitados y dos testigos.
El vestido de la novia, una joven abogada que se unió al equipo de defensores de Assange en 2011, fue diseñado por la legendaria creadora británica Vivienne Westwood, de 80 años, que apoya desde hace tiempo la causa de Assange. En tanto, el novio llevará por su parte una falda escocesa, en un guiño a sus ancestros.
Piden donaciones para la causa de Assange en lugar de regalos
Los invitados deberán marcharse inmediatamente después de la ceremonia, pero decenas de seguidores planean concentrarse frente a la cárcel, donde Moris –que pidió donaciones para los gastos legales en lugar de regalos– cortará una torta de boda y pronunciará un discurso.
Assange, de 50 años, se ha convertido en emblema para los defensores de la libertad de prensa, que acusan a Washington de intentar acallar información de seguridad relevante. Pero las autoridades estadounidenses afirman que no es un periodista, sino un pirata informático y que puso en peligro la vida de muchos informantes al publicar los documentos íntegros sin editarlos previamente.
Assange intenta por todos los medios no ser extraditado a Estados Unidos, que quiere juzgarlo por la publicación de cientos de miles de documentos secretos, muchos de los cuales revelaron los abusos cometidos por el ejército estadounidense en Irak y Afganistán. De ser declarado culpable de espionaje en Estados Unidos, podría ser condenado a 175 años de cárcel.
La semana pasada, el Tribunal Supremo británico le negó la posibilidad de recurrir la entrega, de la que ahora tiene la última palabra la ministra británica del Interior, Priti Patel.