El Valle de Colchagua se viste de fiesta en torno a sus mostos y cosechas. Desde este viernes a las 13.00 horas la popular celebración de la vendimia volverá a chocar sus copas en la comuna de Santa Cruz, luego de dos años de pausa tras el brote del covid-19 en marzo de 2020. Sin embargo, la edición de esta temporada estrenará una nueva modalidad bajo la exclusiva producción del gremio vitivinícola, quienes diseñaron el evento cumpliendo con los resguardos que exige el contexto sanitario.
Los primeros detalles del evento, que desplegará $220 millones de presupuesto, se dieron a conocer a mediados de enero a través de las redes sociales de la Asociación Gremial de Viñas de Colchagua. Una cofradía vitivinícola que afilia a 23 empresas del rubro, las que buscan promover el enoturismo, el territorio y su denominación de origen. Posteriormente, la Municipalidad de Santa Cruz -con la cual se realiza la versión original de la vendimia- especificó, en voz de su alcalde William Arévalo, que "teniendo en consideración el alza progresiva de los casos" no participaría de su ejecución. Hoy la comuna suma unos 6.140 contagios y 38 están activos.
"A fines de noviembre del año pasado, en las que comenzamos a vislumbrar en qué fase era posible realizar el evento, los aforos y los requisitos, empezamos a tener conversaciones con la Municipalidad. Después de varias reuniones, en las que también se observaba el avance de la variante Ómicron en Europa, llegamos a un acuerdo con la alcaldía de que ellos se concentrarían en su labor sanitaria y que nosotros nos podíamos hacer cargo de la vendimia", cuenta a Emol la abogada Maite Rodríguez, gerenta general de Viñas de Colchagua.
Rodríguez, que ha estado detrás de la organización de las últimas once ediciones, comenta que el gremio tiene clarísimo la "relevancia que tiene este evento para la activación turística". Lo que junto a la promoción de sus vinos, se ha convertido en el principal motor para sacarla adelante. "La fuerza y potencia que tiene el
hacer una Fiesta de la Vendimia es muy importante y no sólo para Santa Cruz. También lo es para San Fernando, San Vicente, para todo el Valle de Colchagua y parte del Cachapoal. Sectores que, días previos al encuentro, tienen su oferta hotelera casi al 100%, lo que genera un movimiento económico muy importante para sus servicios", añade.
Para poder llevar a cabo esta fiesta, que se extenderá hasta las 18:00 horas del domingo, la asociación gremial debió prever en qué fase del plan "Paso a Paso" se debía encontrar Santa Cruz para que tuvieran permitido producir eventos con interacción de hasta 1.000 asistentes. La respuesta era la fase 4 o "Apertura Inicial", a la que -según sus estimaciones con ingenieros estadistas- debían ingresar en abril, un mes después de la fecha tradicional. Sin embargo, el cambio de mando y la instalación de las nuevas autoridades sanitarias provocó un retraso de este sistema, y hasta diez antes de la celebración no tuvieron noticia alguna.
Ante este dilema, Rodríguez asegura que la figura del Gobernador Regional Pablo Silva (PS) fue fundamental. Según fuentes de este organismo a Emol, "tras recibir la solicitud de apoyo del comité organizador, la autoridad tomó contacto con el gabinete de la Ministra de Salud para plantearle la problemática de aforo que significaba la Fase 3 para el evento, constatando que de acuerdo con las cifras de la pandemia en dicha comuna, existía la posibilidad de pasar a Fase 4, cuyo anuncio se produjo en los días siguientes a sus gestiones". Específicamente el martes 22 de marzo.
Las adaptaciones
Antes de la pandemia, la vendimia de Colchagua se realizaba en torno a la Plaza de Armas de Santa Cruz, pero para esta modalidad se debió optar por un recinto cerrado, con el fin de poder regularizar los accesos, tomarle la temperatura a sus asistentes y verificar el pase de movilidad. Entre las cartas que barajaron apareció el parque La Calvina de Nancagua, la casona de la Junaeb en Cunaquito y los terrenos de la Viu Manent, pero terminaron optando por la cancha de polo de 9.000 metros cuadrados dispuesta en la Viña Laura Hartwig, ubicada en la entrada noroeste de la ciudad.
En esta línea, para resguardar el aforo se decidió cobrar la entrada de forma online. En las versiones anteriores todos los transeúntes podían presenciar el evento en la vía pública, pero quienes adquirían una copa y compraban tickets podían degustar en los stands de las viñas presentes. En esta edición hay dos tipos de entradas, la Copa Vendimia ($25.000) y la Copa Colchagua ($65.000), pero con catas ilimitadas en barras apoyadas por 15 sommeliers. La diferencia entre ellas es que la segunda da acceso a etiquetas premium y gran reserva.
Asimismo, la organización del evento había diseñado distintas maquetas del evento con el fin de poder abarcar a un mayor número de gente. Algunas de sus opciones fueron tener dos "vendimias espejo" o dos corrales con la mitad de las viñas en una y la mitad en la otra. Sin embargo se decidió establecer
dos horarios para que el público rotara y la fiesta llegase a más personas: el primer acceso es entre las 13:00 y las 18:00 horas, y el segundo entre las 19:00 y las 23:00 horas.
Otro de los atractivos que tenía la tradicional fiesta, era que las calles aledañas a la Plaza de Armas se llenaban de cocinerías y puestos de artesanía, los que eran coordinados por el municipio. En esta edición habrán once stands de manufactura, desde trabajos en cuero hasta sombrerería, y diez de comida, con la participación del equipo de Fuegos de Apalta -el restaurante de Francis Mallmann en la Viña Montes, dirigido por el trasandino Alejandro Boverman y Luís García en cocina- y la popular cevichería de la Picá del Chico Ojeda, entre otros.
En cuanto a música y espectáculos, la vendimia de este año contará con muestras de caballos de raza; distintos grupos folclóricos como Las Colchagüinas y Los Huasos Corraleros; bandas como Los Tres, Los Riders, Lemon y la Sonora Juventud de Peumo; y la interpretación de una potente voz femenina, oriunda de la zona, la cantautora Casandra Paz.
"Si algo nos ha enseñado este tiempo es que las cosas cambian y esta fiesta se parece, pero no va a ser igual. De igual forma, estaremos celebrando la vendimia de la cosecha de las uvas que años más tarde se convertirán en esos vinos tan premiados que nos hacen reconocidos en todo el mundo", finaliza Maite Rodríguez.
El deseo de promocionar las cosechas de la zona no sólo cayó en la Asociación Gremial Viñas de Colchagua, sino también en otras organizaciones y municipios. Una de ellas fue la Fiesta de la Vendimia que realizó el 5 de marzo el restaurante La Tarasca, comandado por el chef Aníbal Pávez y el ingeniero Juan Pablo Aldea, los que organizaron su primera edición al interior del Boulevard de la Viña y que contó con la participación unas 200 personas en torno a ocho viñateros proveedores y tres cervezas artesanales.
Al fin de semana siguiente fue el turno de la FestVendimia de Colchagua Singular. Una asociación de productores de vinos de autor, que desde 2015 busca “mostrar la diversidad y singularidad del valle con etiquetas muy diferentes desde cordillera a mar”, como las que expone L’Entremetteuse de Laurence del Real y Pablo Bastías, productores que han logrado posicionar sus disruptivas botellas no sólo en Francia, sino también en destacados restaurantes nacionales como Boragó y Mareal. Ellos, junto a nueve emprendedores del colectivo y once viñas invitadas, atrajeron a unas 350 personas en una celebración marcada por el ambiente familiar y la música en vivo.
Por último, un evento a futuro es el que está organizando la Municipalidad de Chépica junto a la Cooperativa Vitivinícola Campesina de Colchagua (Covicam), para los días 30 de abril y 1 de mayo, que contará con 13 expositores en torno a la plaza de dicha comuna. En ella participarán pequeños productores, la mayoría apoyados por el Instituto de Desarrollo Agropecuario, en las que destacan las viñas El Republicano, Jorge Letelier y Casa Valenzuela.
