El borrador de la nueva Constitución ya fue publicado y si bien aún faltan pasos para llegar a la propuesta definitiva, con la comisión de Armonización como la encargada de entregar el texto final, el proceso entró en su última fase antes del Plebiscito de septiembre próximo y expertos en la materia ya analizan su contenido.
En ese sentido Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello (UNAB), comentó en EmolTV las iniciativas en materia de salud que, entre otras cosas, proponen un sistema nacional de carácter universal, público e integrado.
“(El borrador) tiene dos dimensiones. Por un lado, la que es de principios generales y cuando se plantea que el derecho a la salud lo tiene toda persona para su bienestar integral, incluyendo la dimensión física y mental, cuando establece que el Estado tiene que generar las condiciones para que las personas tengan un buen estado de salud, cuando considera que el sistema de salud tiene que ser universal de tal manera que alcance a todos los chilenos, ser solidario, ser equitativo, que debe tener pertinencia territorial e interculturalidad, son todos principios que en definitiva producen gran consenso en la población”, comenzó explicando.
A juicio de Sánchez, “estos son elementos que uno comparte desde el punto de vista conceptual, político y técnico”.
Sin embargo, el director del Instituto de Salud Pública de la UNAB también plantea dudas con respecto al texto presentado en el borrador, especialmente con el sistema universal único.
Es así que explica que “cuando uno empieza a mirar cómo estos principios se mezclan con otras definiciones que hace la propia convención, como cuando establece que este sistema universal será único, de carácter público, que todas las cotizaciones y financiamiento será gestionado por una entidad pública, empiezan a producirse un conjunto de dimensiones que generan dudas respecto de cuánto va a favorecer o no a la población”.
De la misma forma, prosiguió asegurando que “cuando se establece que todas las cotizaciones de salud tienen que ir a un fondo único de salud se producen efectos importantes. Las Isapres desaparecen (…) pero, ¿por qué las reemplazamos?, ¿cuál será la alternativa que vamos a tener?, ¿cuál será la alternativa que tendrán ese millón 200 mil personas que están en Isapres y que tienen preexistencias? Esas personas no van a poder ingresar a un seguro complementario”.
“Estas personas si no pueden ingresar a un seguro complementario van a engrosar las listas de espera del servicio público, porque este no tiene capacidad para atender a mayor población. Desde esa perspectiva el principal desafío es cómo se va a hacer la transición de la situación actual a una futura en la cual se generen primero las competencias antes que se produzcan decisiones que puedan generar costos a la población”, complementó.
Al inicio de la nota puedes revisar la entrevista completa a Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello (UNAB).