quien, agotada por los festejos a sus 96 años, se perdió lo que más ama: las carreras de caballos.
En la explanada frente al Palacio de Buckingham, en el centro de Londres, se instalaron
tres escenarios unidos por pasarelas y 70 columnas de luz, que representaban los 70 años pasados en el trono por una reina coronada con solo 25 años en 1952.
Desde media tarde, los 22.000 afortunados con entradas hicieron largas filas en los parques circundantes para entrar al recinto. Casi 8.000 eran trabajadores de sectores claves durante la pandemia, miembros de las Fuerzas Armadas y voluntarios de organizaciones benéficas, invitados en agradecimiento por sus servicios.
"Estoy muy emocionado de estar aquí", aseguraba David Hitchins, que recibió dos entradas tras hacer una colecta de fondos para la sanidad pública británica.
El cartel anunciaba una lluvia de estrellas y los organizadores prometieron algunas sorpresas.
Miembros de la familia real, entre ellos
el príncipe Carlos, heredero al trono de 73 años, y su hijo mayor
William, de 39,
representarán a la reina, que, con una salud cada vez más frágil, debía seguir el evento por televisión.
Apasionada de la hípica,
la reina había previsto asistir el sábado a la 243ª edición de la carrera más prestigiosa del país,
el Derby celebrado en Epsom Downs, a unos 30 km de Londres.
Pero, tras aparecer de pie el jueves en el balcón del palacio para inaugurar los cuatro días de festejos por su jubileo sintió "un cierto malestar", que el viernes la llevó a cancelar su presencia en una multitudinaria misa de acción de gracias.
Aún cansada, también
renunció a las carreras el sábado.
La salud de Isabel II preocupa desde que en octubre los médicos le ordenaron guardar reposo y pasó una noche hospitalizada para someterse a "pruebas" médicas. Desde entonces canceló su presencia en numerosos actos oficiales y empezó a caminar con bastón.
Fiestas callejeras
Durante el día, cientos de miles de personas celebraron el reinado de la más longeva monarca de la historia británica en
un sinfín de fiestas callejeras.
"Es una gran oportunidad para reunirnos todos tras los últimos dos años" de pandemia, dijo a AFP James Hughesdon, reverendo de una iglesia del barrio londinense de Islington.
"Nunca volveremos a ver algo así porque obviamente la próxima vez tendremos un rey, esta es nuestra última reina y creo que es magnífica", aseguraba junto a él Wendy Flynn, ama de casa que participaba en la fiesta con sus vecinos.
De Queen a Diana Ross
Antes del anochecer, el concierto frente a Buckingham debía comenzar con una actuación de los miembros de
Queen, junto al cantante estadounidense Adam Lambert, que prometía recordar la histórica aparición de su guitarrista, Brian May, sobre el tejado del Palacio de Buckingham para el concierto del Jubileo de Oro en 2002.
Tras ser invitados, "en un momento me pregunté ¿qué se puede hacer tras el tejado del Palacio de Buckingham? Bueno... ¡ya verán!", lanzó May.
Cerrará el concierto la legendaria
Diana Ross, con su primera actuación en directo en el Reino Unido en 15 años.
Entre ambos, durante dos horas y media actuarán figuran icónicas del pop y el rock británico, desde
Duran Duran hasta
Rod Stewart, pasando por
Elton John, que lo hará por video por encontrarse actualmente de gira.
La tenista Emma Raducanu, el ex futbolista David Beckham, los actores Stephen Fry y Julie Andrews, figurarán asimismo en esta lluvia de estrellas, donde no faltará el cantante británico de la última Eurovisión, Sam Ryder.
Las celebraciones del Jubileo, que comenzaron el jueves con una gran marcha militar,
terminarán el domingo con otro desfile, este más festivo, para escenificar con música y baile los 70 años de reinado de Isabel II.
Y decenas de picnics y comidas al aire libre si la lluvia prevista ese día no lo impide.