Los docentes podrían ser suspendidos y descontarse esos días de su salario.
El Mercurio (Foto de Archivo)
Tras el anuncio de las autoridades de Buenos Aires de prohibir el uso del lenguaje inclusivo en los colegios, el Ministerio de Educación de la ciudad confirmó que los docentes que incumplan la normativa de manera reiterada podrían recibir medidas disciplinarias.
Desde esa cartera señalaron a "La Nación" que "el espíritu de la medida no es perseguir a los docentes, sino fortalecer los procesos de enseñanza" y que ese tipo de lenguaje es un "obstáculo" para el aprendizaje.
"Ante reiteradas denuncias por incumplimiento, y según lo estipulado por la ordenanza N° 40.593 del estatuto docente, el Ministerio podrá amonestar o apercibir y, dependiendo de los antecedentes y/o la gravedad deberá iniciar un sumario administrativo que puede derivar en una suspensión y el correspondiente descuento de esos días", explicaron desde el ministerio.
La ministra Soledad Acuña había señalado más temprano que los maestros serían sometidos a un proceso administrativo disciplinario que podría derivar en algún tipo de sanción. "Es obvio que como toda norma se tiene que cumplir y que si no se cumple hay un proceso administrativo disciplinario. Del mismo modo que si una docente elige evaluar con emoticones en lugar de números. Yo regulo las formas de evaluar. Si no se cumple, hay un procedimiento de sanciones", dijo la funcionaria en diálogo con FM Milenium.
"Es obvio que como toda norma se tiene que cumplir y que si no se cumple hay un proceso administrativo disciplinario. Del mismo modo que si una docente elige evaluar con emoticones en lugar de números"
Soledad Acuña, ministra de de la Ciudad de Educación Buenos Aires
También explicó que la idea es "sacar todos los obstáculos que pueda haber" que interfieran con el aprendizaje de los alumnos, que ya se ha visto afectado por la pandemia.
La ciudad solicitó que no se utilicen más expresiones con la "e", la "x" y el "@" en el aula y en comunicaciones con las familias.
En principio, las autoridades porteñas prevén que sean los propios directivos de las instituciones los que intenten disuadir a los maestros para que dejen de emplear ese tipo de lenguaje en el marco de su actividad de enseñanza. "Lo primero que tiene que hacer la conducción de esa escuela es explicarle al docente que el foco de lo que hace tiene que estar en los derechos de los estudiantes, no en lo que a él o ella como adulto le interese rebelarse o ponerse en contra", afirmó la ministra.