La crisis hídrica que enfrenta el país como resultado del calentamiento global es un problema latente que, lejos de aminorar, se ha incrementado. En los últimos 13 años Chile ha vivido una sequía extrema, nunca antes vista, y la zona centro del país es una de las más afectadas. Tan solo el año pasado la capital tuvo un 65% de déficit de precipitaciones (114 mm.) en comparación a 2008, último año calificado como normal (340 mm) y el pasado mes de mayo fue el más seco de la década, sin lluvias, muy lejos de los 55 mm considerados como habituales para ese mes.
El panorama no es alentador. Según el World Resources Institute, Chile es uno de los 30 países con mayor riesgo de sequía en el mundo para 2025 y, en 2040, será el único país latinoamericano con estrés hídrico extremadamente alto.
La jefa de la Oficina Cambio Climático de la Dirección Meteorológica de Chile, Claudia Villarroel, dijo al respecto: “La desertificación se está incrementando y extendiendo, siendo las regiones más afectadas las que van desde Coquimbo al Maule. Las proyecciones no son nada favorables, por lo que se espera que se siga profundizando la sequía”.
"(La empresa trabaja en) todas aquellas medidas que permitan buscar nuevas fuentes, mejorar los niveles de eficiencia y ejecutar obras que incrementen la disponibilidad hídrica para contar con suministro más robusto."
Cristián Schwerter, director de Planificación, Ingeniería y Construcción de Aguas Andinas
Ante este complejo escenario, Aguas Andinas, la principal empresa de servicios medioambientales del país, ha desarrollado una serie de proyectos basados en la colaboración e innovación que apuntan a robustecer el abastecimiento, especialmente para los más de siete millones de habitantes de Santiago.
Para eso han implementado un potente plan de inversiones en infraestructuras sanitarias y la búsqueda de nuevas alternativas, entre las cuales se cuenta el reúso de aguas residuales depuradas en modernas instalaciones.
De manera complementaria, la empresa ha realizado un trabajo colaborativo con distintos sectores para unir esfuerzos a fin de adaptarse a la nueva realidad hídrica y generar conciencia sobre la importancia del uso responsable y eficiente del vital elemento.
Trabajo colaborativo: Un factor clave
A juicio de la empresa, el complejo escenario de escasez hídrica solo se puede enfrentar con un trabajo mancomunado de todos los sectores y, por lo mismo, ha impulsado alianzas con municipios, autoridades y asociaciones de regantes.
El trabajo con las municipalidades se extiende desde hace ya una década, avanzando en el uso responsable del recurso con acciones que se han incrementado en los últimos años.
(Cristián Schwerter, director de Planificación, Ingeniería y Construcción de Aguas Andinas / Luis Baertl, presidente de la Asociación de Canales de Maipo)
En ese contexto, la compañía solicitó la colaboración de 49 municipalidades de la Región Metropolitana para promover ordenanzas y planes de gestión que permitan hacer un uso más eficiente del agua.
Adicionalmente, dijeron desde la empresa que se han realizado intervenciones ciudadanas para generar conciencia sobre la importancia y la urgencia del cuidado de este recurso.
Acuerdo con regantes
En ese contexto, durante el año pasado se firmó un acuerdo de colaboración entre Aguas Andinas y las Asociaciones de Regantes de la Primera Sección del río Maipo.
Esta inédita sociedad logró aportar un 24% del agua requerida por la ciudad durante la temporada primavera-verano, y que, a su vez, el embalse El Yeso pudiera almacenar 148 Hm3, alcanzando casi un 70% de su capacidad.
El presidente de la Asociación de Canales de Maipo, Luis Baertl, dijo que el trabajo colaborativo ha sido clave para enfrentar la extrema sequía. “Es sumamente importante destacar que los regantes necesitamos de agua para poder producir alimentos, y en la primera sección del río Maipo hemos vivido en carne propia la extrema escasez. Sin embargo, eso no ha sido impedimento para trabajar en conjunto, cooperar y avanzar en una gestión integrada entre todos los actores de la cuenca”, añadió el dirigente.
Reúso del agua: Una alternativa real
Para hacer frente a esta megasequía, Aguas Andinas también ha destinado esfuerzos y recursos para lograr potenciar la continuidad del suministro para los santiaguinos mediante el reúso de aguas depuradas.
Esto se logra básicamente gracias a sus biofactorías, instalaciones que han sido calificadas como la evolución de las tradicionales plantas de tratamiento de aguas servidas.
El director de Planificación, Ingeniería y Construcción de Aguas Andinas, Cristián Schwerter, explica que estas plantas “nos dan la posibilidad de reutilizar, a gran escala, las aguas que ellas tratan y devuelven limpias al medio ambiente. Su calidad permite el uso para riego agrícola, por lo que estamos trabajando para que los regantes de la Primera Sección del río Maipo las usen y, a su vez, liberen una cantidad equivalente de aguas del río en nuestra captación y con ello, dar más seguridad al abastecimiento de la ciudad”.
(Biofactoría Aguas Andinas)
Desde 2013 la totalidad de las aguas residuales de Santiago son tratadas y devueltas limpias al medio ambiente. Esta condición permite su uso agroalimentario e, incluso en el futuro, podrían ser utilizadas para la recarga de acuíferos, añaden desde la empresa.
Este sistema de recuperación hídrica ha dado excelentes resultados en países como España, Singapur y Estados Unidos (California).
Aguas Andinas precisó que su objetivo es continuar abasteciendo a las más de siete millones de personas de Santiago de forma segura y constante, desafío importante si se considera el actual escenario.
Cristián Schwerter dijo que en la empresa están trabajando en “todas aquellas medidas que permitan buscar nuevas fuentes, mejorar los niveles de eficiencia y ejecutar obras que incrementen la disponibilidad hídrica para contar con suministro más robusto”.